MARTÍN AVILÉS

Foto: EFE

Michael Schumacher descendía a velocidad por Los Alpes franceses cuando uno de sus skies se golpeó con una piedra, lo que le hizo perder el control hasta estrellar su cabeza con una roca a nueve metros de distancia de la pista. El accidente ocurrió hace exactamente 10 años y desde entonces, jamás se le ha vuelto a ver públicamente y sus condiciones físicas son un verdadero misterio.

‘Schumi’ sufrió un traumatismo craneoencefálico tras el trágico episodio ocurrido en la estación de esquí de Méribel en 2013. De inmediato fue puesto inducido médicamente al coma en un hospital francés hasta que los doctores permitieron su traslado para regresar a su casa en Suiza, donde se encuentra enclaustrado bajo cuidados médicos y estricto hermetismo para evitar filtrar cualquier tipo de información sobre sus condiciones.

“Trate de entender que seguimos el deseo de Michael de mantener su salud en secreto. Michael está aquí. Diferente, pero él está aquí, y creo que eso nos da fuerza. Estamos juntos. Vivimos juntos en casa. Hacemos terapia. Hacemos todo lo posible para mejorar a Michael y asegurarnos de que se sienta cómodo. Y simplemente hacerle sentir nuestra familia, nuestro vínculo”, dijo su esposa Corinna Schumacher sobre su condición en un documental de Netflix de 2021.

La desgracia ocurrió un día como hoy 29 de diciembre, pero de 2013 cuando Schumacher hacía gala de su destreza como esquiador en la estación de esquí de Meribel, en los Alpes franceses. Pero los esquíes de ‘Schumi’ golpearon una roca parcialmente oculta debajo de la nieve. El expiloto cayó y sufrió un choque frontal fortísimo que partió en dos su casco, por lo que permaneció en coma durante 250 días.

El germano, posteriormente, fue trasladado a otro hospital del país francés, donde le realizaron dos cirugías. “Los cirujanos que lo atendieron tuvieron que hacerle agujeros en el cráneo para reducir la presión sobre su cerebro”, publicó el diario de su país, Bild. Schumacher pasó a un hospital aún más especializado Grenoble (Francia), para finalmente ser trasladado a Suiza, donde permanece a cargo de su familia.

“Michael está aquí, así que no lo extraño. Simplemente, no es el Michael que solía ser. Es diferente. Y está maravillosamente rodeado por su esposa y sus hijos, que lo protegen”, dijo hace un tiempo el francés Jean Todt, exjefe del equipo Ferrari y amigo personal del alemán al diario L’Equipe.

El alemán ahora tiene 54 años y su legado permanece intacto. Fueron siete títulos del Campeonato Mundial de Pilotos conseguidos —cinco de ellos de forma consecutiva en una de las épocas más dominantes en la historia del automovilismo— los que lo tienen como el piloto más ganador de todos los tiempos, ahora junto a Lewis Hamilton, quien lo alcanzó en 2020 con siete coronas en la cima.

Desde su irrupción en la Fórmula 1 en 1992 (en 1991 participó en seis carreras), el alemán demostró que estaba hecho para ser una leyenda. Impuso un sinfín de récords, muchos de ellos ya han sido superados, pero a más de 10 años de su retiro, varias de sus marcas se mantienen todavía vigentes.

En 2002 logró el 100% de podios en el año, además de una racha de 15 carreras en el 1-2. El alemán ganó la carrera inaugural de esa temporada, en Australia, y finalizó en el tercer lugar en Malasia, sumando los 17 podios del año.

‘El Kaiser’ logró otra marca que parece que durará muchos años más, pues durante 19 Grandes Premios se mantuvo en el podio de ganadores. Además de los 17 de 2002, Schumacher finalizó la temporada anterior con un segundo lugar en Estados Unidos y la victoria en el GP de Japón, pero la racha se rompió en el GP de Australia 2003, cuando finalizó en la cuarta posición.

Michael ganó desde la pole y con la vuelta más rápida durante 22 veces, mucho más que ningún otro piloto, y de hecho, sólo hay 13 pilotos en toda la historia de la F1 que han logrado ganar una carrera desde la posición de honor en la largada y con el mejor tiempo de vuelta. Hamilton con 19 es su más cercano perseguidor.

“Creo que papá y yo ahora nos entenderíamos de una manera diferente. Simplemente porque hablamos un lenguaje similar: el lenguaje del automovilismo. Habríamos tenido mucho más de qué hablar y ahí es donde mi cabeza está la mayor parte del tiempo, pensando que sería genial. Eso sería todo. Daría todo sólo por eso. Sí. Desde el accidente, por supuesto, estas experiencias, estos momentos que creo que muchas personas tienen con sus padres ya no están presentes, o en menor medida. En mi opinión, eso es un poco injusto”, comentó su hijo Mick Schumacher sobre su padre.

Y cómo será la vida que su esposa Corinna reconoció que el propio ‘Schumi’ le dijo que no quería ir a esquiar ese día. “Él no quería ir a la nieve sino a Dubái. Me dijo que la nieve no era ideal, que podríamos volar a Dubái y hacer paracaidismo”. Pero el destino quiso que Michael viviera esta otra batalla lejos de la velocidad. Ahora, lucha día a día para sobrevivir mientras se su familia aguarda por un milagro.