Los legisladores de Morena saben moverse rápido cuando les conviene. En menos de una semana sacaron la reforma judicial. En menos de una semana aprobaron el home office legislativo. Pero cuando se trata de mejorar los salarios de quienes sostienen al país –maestros, policías, militares, médicos y enfermeros– la historia es otra.
La reforma constitucional que garantizaría aumentos salariales por encima de la inflación y establecería un salario digno está congelada desde octubre del año pasado.
Y no hay pretexto válido. Fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras y avalada por 31 Congresos locales. Cumple con todos los requisitos constitucionales, pero la declaración de constitucionalidad sigue sin emitirse. En otras palabras, está lista, pero no la quieren publicar.
A LA CONGELADORA
Algunas voces disidentes dentro de Morena aseguran que la Secretaría de Hacienda pidió frenar la reforma por su “impacto presupuestal”. O dicho de otro modo: no hay dinero.
Pero cuando se trata de destinar recursos a proyectos faraónicos sin transparencia, los bolsillos del gobierno parecen no tener fondo. La misma administración que ha duplicado el presupuesto militar y entregado miles de millones a Pemex de repente se queda sin recursos cuando se trata de quienes educan, curan y protegen a la población.
El problema no es la falta de dinero, sino las prioridades. Porque cuando la élite gobernante decide que una reforma debe salir, no hay obstáculo que la detenga. Ahí está el ejemplo de las reformas del plan C, aprobadas a la velocidad de la luz, mientras esta reforma sigue empolvándose en los escritorios del Congreso.
NO ES SU PRIMERA VEZ
No es la primera vez que ocurre. Pasó lo mismo con la reforma que elevaba a rango constitucional el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. No la publicaron en 2024 porque querían retrasar su impacto presupuestal. Ahora, mágicamente, ya la retomaron y entrará en vigor hasta 2026.
Este no es un error ni una omisión. Es un engaño. Hicieron campaña prometiendo estas reformas. Pero ahora las congelan porque implica “gasto”.
Si el argumento es la falta de dinero, se ve difícil su aprobación. Veamos por qué. La inversión extranjera cayó 39% en 2024, la peor cifra en tres décadas. Pemex reportó pérdidas de más de 620 mil millones de pesos el año pasado, mientras la CFE perdió 124 mil millones.
Y la economía sigue en caída libre. El Banco de México ya recortó la previsión del PIB a 0.6%, alertando sobre la incertidumbre que generan las políticas del gobierno. Es decir, el mismo gobierno que dice que no tiene dinero para los salarios de maestros, médicos y policías, es el que está provocando el desplome de la inversión y la desaceleración económica.
EL PUEBLO ¿MANDA?
Cada año escuchamos discursos sobre la importancia de los maestros, los médicos y las fuerzas de seguridad. Cada 15 de mayo dicen que los maestros son la base del país. Cada 19 de febrero presumen su respeto por el Ejército. Cada 23 de octubre dicen que los médicos son muy importantes.
Pero cuando toca demostrarlo con hechos, no hay prisa. No hay voluntad. No hay dinero. No para ellos. Y hace unos días nos enteramos que los senadores se aumentaron su sueldo para ganar 131,700 pesos al mes.
Los mismos que dicen que no hay dinero para policías, médicos y maestros sí encontraron dinero para subirse el salario.
Si eres un maestro, un policía, un soldado, un médico o un enfermero, el gobierno tiene otras prioridades: salario congelado, trabajadores castigados, privilegios intactos.




