Como parte del eje deportivo rumbo al Mundial, la presidenta Claudia Sheinbaum planteó que la justa internacional debe dejar algo más que partidos profesionales y estadios llenos, pues el verdadero impacto ocurre en los barrios, los pueblos y las canchas comunitarias, donde el futbol se vive como experiencia cotidiana y detonante social.
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La mandataria recordó que varias generaciones crecieron bajo la influencia de los Mundiales de 1970 y 1986 en México, momentos que provocaron una euforia colectiva reflejada en el uso intensivo de campos improvisados y canchas de barrio, donde niñas, niños y jóvenes encontraron un impulso natural para jugar.
Con ese antecedente, el proyecto federal apostó por convertir el Mundial en una plataforma de masificación deportiva, con el objetivo de fortalecer el deseo de jugar futbol más allá del consumo televisivo o del acceso restringido a estadios con boletos de alto costo.
La estrategia incluyó la mejora de más de tres mil canchas públicas, en coordinación con gobiernos estatales y municipales, con la finalidad de dignificar los espacios deportivos de uso cotidiano y facilitar la práctica organizada del futbol en comunidades urbanas y rurales.
Otro eje consiste en la creación de semilleros infantiles y juveniles, denominados “canteritas”, inspirados en la formación de clubes profesionales, pero adaptados a una lógica social y comunitaria, impulsada desde la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
La presidenta explicó que estos semilleros permitirán detectar talento desde edades tempranas y vincular eventualmente a las y los jóvenes con fuerzas básicas de equipos profesionales, sin perder el carácter público y social del programa.
En ese contexto, se presentó un esquema nacional de 74 torneos y copas populares, conocidos como “mundialitos”, que abarcan distintos sectores de la población y modalidades de juego, con el propósito de garantizar inclusión y diversidad en la práctica deportiva.
Entre estas competencias figuran una copa paralímpica, una copa del trabajador, una copa popular, una copa nacional de mujeres, torneos de futbol IMSS-XXI, futbol de salón femenil y el torneo Street Child, impulsado en coordinación con la FIFA.
El listado incluye también un torneo de futbol sin correr para personas adultas mayores, así como una copa Conade para atletas de alto rendimiento de 12 a 15 años, lo que amplía el espectro de participación más allá del futbol competitivo tradicional.
Sheinbaum enfatizó que el objetivo es consolidar al futbol como un fenómeno social, accesible y comunitario, donde el Mundial funcione como detonante de organización barrial, cohesión social y formación deportiva, y no únicamente como espectáculo concentrado en recintos cerrados.

Mundial en México dejará 74 torneos populares y más de 3 mil canchas rehabilitadas 


