No callaremos los estudiantes: Ximena Millán

31, marzo 2022

“En el problema del CIDE he visto en mis compañeros la esperanza de cambio, he visto como el conflicto forja su carácter para convertirse algún día en un ciudadano que no tolerará las injusticias. Sin embargo, que esto quede claro: no podemos esperar grandes estudiantes cuando en su formación se les enseña a defender su educación y no a estudiar”, expresó Ximena Millán, estudiante del CIDE, al participar en el Foro de Ciencia y Educación Superior en México: Momento Crítico.

“Ayer el Dr. Romero, la persona impuesta por la Dra. María Elena Álvarez-Buylla, estuvo en un programa en el que le preguntaron cómo era la situación del CIDE actual. Su respuesta fue que ya estábamos más “cooperativos y tranquilos”. El Dr. Romero no se percata del hecho de que nuestra lucha cambió en el momento en el que reiniciamos clases con él impuesto…”

“Hoy ser estudiante en México es un acto de resistencia. Ser estudiante en México debería ser una oportunidad de crecimiento personal, que en las aulas los estudiantes se enamoren de su escuela y todo lo aprendido se le retribuya a México en cuánto salgan porque los estudiantes saldrán motivados por el miedo y no desmotivados por la impotencia. Ser estudiante no debería ser un riesgo, no debería ser incierto”, expuso Ximena Millán, ante un salón repleto principalmente de jóvenes estudiantes, profesores e investigadores de diferentes universidades públicas del país.

“Si el gobierno quiere apostar por más estudiantes que se unan a sus filas en el cambio, lo primero que deben hacer es garantizarles su educación y lo segundo es que su primera experiencia con el estado no sea una lucha contra él. Y si así tiene que ser, cuando acudamos a él se nos reciba presentes de nuestra condición de estudiantes. Ningún joven en México debería convencer al Estado que su educación importa. ¿Qué debemos hacer para que se apueste a nuestra educación, para que se apueste en nosotros, para que la educación valga más que una disputa política?”

“Cuando entré al CIDE me llenaba la ilusión estar en una escuela que me prepararía lo suficiente para un día cambiar a México. Sabía que todo el sacrificio que había hecho valdría la pena, el sacrificio de mis padres valdría la pena y tenía presente que, si yo había podido llegar, tenía que aprovechar mi oportunidad. Toda esta ilusión se traducía en motivación, la cual es una parte vital de la educación. Estas situaciones, por decir lo menos, desmotivan. Yo no tengo cara para decirle a una persona que vale la pena permanecer en el CIDE con todo lo que está pasando, no puedes decirle a un estudiante que le eche ganas si su universidad está tomada por fuerzas del estado. No puedo decir que ha valido la pena cuando estudiando también he aprendido del miedo, se ha desgastado mi ilusión en los actores políticos, he perdido momentos de estudio, con mi familia y amigos. Todo para que mi lucha en la calle e incluso en los tribunales me cueste mi escuela. Para que la persona a la que le estamos pidiendo ayuda y de la que dependemos pueda decidir desde su silla mi futuro…

La joven estudiante del CIDE, aseguró que “Nos hemos cansado de que nos represente la incertidumbre. Recuperamos nuestra posición como personas que merecen ser escuchadas con opiniones fuertes y fundamentadas; como agentes políticos de cambio que no deben ser subestimados; demostramos ser sujetos llenos de ilusiones y energía para hacer que el cambio suceda: somos estudiantes dignos de nuestras instituciones. Como estudiantes reconocemos nuestro papel para escribir sobre la historia de este proyecto. Quienes nos anteceden han luchado porque no han visto exclusivamente a la educación y al sistema por sus evidentes errores, sino porque es un faro de oportunidad de lo que la educación pública de calidad puede ser, por ser un lugar que une a personas comprometidas con la ciencia y su país, personas que creemos…

“Debemos parar esta costumbre de tener que defender tu educación. De ser estudiante, la esperanza y futuro de México a la vez y sumado a esto tener que luchar. No permitamos que un estudiante más pierda su motivación sabiendo que sus esfuerzos y aspiraciones nunca serán suficientes cuando tu sueño depende de una agenda política. Y además sé que una vez que me gradúe la realidad no será mucho mejor y que incluso si estoy más preparada para luchar, tendré que abandonar la lucha o se me acusará de tener motivos personales.

“No nos callaremos. Porque se lo debemos a los que han luchado por educación pública de excelencia, por aquellos que apuestan a la ciencia y en los estudiantes, por lo que en las aulas han cambiado nuestras vidas y por los muchos que faltan por llegar que se merecen lugares extraordinarios como el CIDE. Porque México necesita a cada estudiante. Los movimientos sociales son impulsores importantes del cambio social y contribuyen a la evolución de las instituciones y la cultura. Los jóvenes son motores de cambio, los jóvenes en México son revolucionarios. El problema ha sido que mientras los estudiantes han cumplido con su parte, los movimientos no han sido suficientes para generar un cambio social, al contrario, con tal de comprobar poder político, todo ha empeorado. Con tal de mantener su orgullo, los funcionarios se niegan a reconocer sus errores, errores que a miles hoy les cuesta su educación…

“La parte más bonita de la historia es que la podemos hacer y que los estudiantes han sacado esperanza cuando tocan fondo. Aunque es injusto los estudiantes están luchando y resistiendo, ellos ya pusieron más de su parte, y ahora ¿qué hará México?” concluyó Ximena Millán.

Premio Nacional de Periodismo 2008 y 2016. Premio Nacional de Locución 2022. Premio México de Periodismo 2013. ferfuentesmty@hotmail.com