Alejandro Reza / Ovaciones 

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En aproximadamente 200-300 millones de años, la configuración de los continentes en nuestro planeta cambiará drásticamente. Según los expertos, la deriva continental dará lugar a la formación de un nuevo supercontinente llamado Amasia.

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Este mega-continente se formará cuando las placas tectónicas de América y Eurasia colisionen, fusionando los continentes actuales de América del Norte y del Sur con Europa y Asia. Aunque puede parecer algo lejano, este proceso ya está en marcha y tendrá un profundo impacto en la geografía mundial.

¿Pero qué significa esto para México?

Actualmente, nuestro país se encuentra en la placa tectónica de Norteamérica, lo que significa que eventualmente se unirá a Amasia. Sin embargo, su posición geográfica cambiará significativamente.

Según los modelos de los expertos, México se encontrará en el centro de este nuevo supercontinente, lejos de los océanos y rodeado de masas terrestres. Esto tendrá un impacto drástico en nuestro clima, ecosistemas y actividades económicas.

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Las regiones costeras actuales se convertirán en tierras interiores, lo que podría afectar la pesca y el turismo. Además, es probable que se produzcan cambios en los patrones climáticos y la biodiversidad, ya que las nuevas condiciones geográficas darán forma a nuevos entornos.

Por otro lado, la ubicación central de México en Amasia podría brindar oportunidades económicas y estratégicas, convirtiéndolo en un punto de conexión clave para el comercio y el transporte.

Si bien estos cambios tardarán millones de años en materializarse, son un recordatorio de que nuestro planeta está en constante evolución y que debemos estar preparados para adaptarnos a los cambios futuros, por más remotos que parezcan.