No podía ser de otra forma, que el sexto y último informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador fuera a lo grande, no entre las paredes al interior de Palacio Nacional, sino en la explanada del Zócalo capitalino, esa que dice, muchas veces le fue negada a su movimiento, pero en la que también logró reunirse con miles buscando a democracia.
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Y no, no fue de manera masiva como ha ocurrido en otras ocasiones con otros eventos, pues desde antes de las 7:00 horas de este domingo, cientos de personas empezaron a llegar al primer cuadro de la Ciudad de México, en su afán de alcanzar una de las 25 mil sillas que se dispusieron en la plancha para poder escuchar al líder de la cuarta transformación, aunque otros miles quedaron de pie durante varias horas.
Entrado en lo que fue un resumen de su informe, aprovechó para que, a mano alzada, los asistentes confirmaran que quieren la reforma al poder judicial; reconoció que durante su sexenio la economía habrá crecido apenas 1.0%, culpando de ello a la pandemia por Covid-19; apenas habló de la inseguridad y sostuvo que se ha logrado bajar varios delitos, pero destacó que principalmente, no se ha tenido un narcoestado como sucedió hace dos sexenios.
Dijo “estar más que satisfecho por el desempeño leal, responsable y honesto de los secretarios de la Defensa y de Marina, el general Luis Cresencio Sandoval González y el almirante José Rafael Ojeda Durán”, al tiempo que agradeció a los integrantes de las Fuerzas Armadas por su apoyo y respaldo para garantizar la paz, la tranquilidad y el progreso del país.
Durante su último informe de gobierno, que duró dos horas, al señalar lo que hizo en su mandato y cómo deja al país, el presidente López Obrador sostuvo que el sistema de salud está mejor “que el de Dinamarca”, pero también reconoció a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, en al menos tres ocasiones.
“Pero qué felicidad que quien va a quedar en sustitución de uno es una mujer excepcional, que le va a dar continuidad a la transformación. Por eso me río, porque las cosas que van a quedar pendientes, pues estoy absolutamente seguro que se van a concluir por lo extraordinario que es la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo”.
Asimismo, al hablar del hecho del proyecto de trenes de pasajeros y de carga, dijo: “Aquí aprovecho para felicitar a nuestra presidenta electa, próxima presidenta constitucional. ¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!”, coreó, pero también la comprometió a que a finales de este año el tren ‘Insurgente’, que va de Toluca a Santa Fe, llegará hasta la estación Observatorio, “¿Verdad, Claudia?”.
Ya hacia el final de su informe, el político tabasqueño que por 12 años buscó ser Presidente del país, dijo: “como es sabido, estoy por terminar mi mandato y quiero confesar, aquí en la plaza principal del país, en la principal plaza pública de México, en este Zócalo donde tantas veces nos concentramos durante nuestra lucha por la justicia y la democracia, me voy a jubilar con la conciencia tranquila y muy contento.
“En primer término, nada me hace más feliz que haber logrado, con el apoyo de muchos de ustedes, de millones de mexicanos, reducir la pobreza y la desigualdad en el país. Me retiro con el orgullo y el honor de haber servido a un pueblo bueno, trabajador, inteligente, fraterno, heredero de grandes virtudes y valores de los antiguos mexicanos; heredero de la dignidad, del patriotismo de nuestros abnegados héroes y heroínas, tanto conocidos, como héroes, heroínas anónimas”, dijo.
Aseveró el primer mandatario que “se hizo mucho entre todos y desde abajo. Es indudable que avanzamos en la revolución de las consciencias y se sentaron las bases para consolidar la nueva política denominada Humanismo Mexicano, que, en esencia, es reconocer y atender a los de abajo, quienes permanecían olvidados y humillados. Dejamos de manifiesto que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”.
Sin embargo, se quejó de que, aún con lo mucho que se ha logrado, “todavía es notorio el atraso que padecemos por el largo y tormentoso periodo en que el gobierno estuvo en manos de oligarcas insensibles, que nunca se preocuparon por el bienestar del pueblo y sólo se dedicaron a saquear e impedir el progreso con justicia de quienes nacimos, vivimos en este paraíso llamado México. Por lo mismo, es indispensable seguir luchando para fortalecer lo alcanzado y continuar construyendo una patria nueva, generosa, eterna”.
Pidió tener presente “que la vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no valen la pena.
Y no olvidemos nunca, jamás, que la felicidad no reside en el dinero, en las posesiones materiales, en los títulos, ni en la fama, ni en la búsqueda del poder por el poder. La felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra consciencia y con el prójimo. Por último, gracias, gracias de corazón”.
Tras dar una serie de cifras y destacar acciones, que serán analizadas y discutidas en el Congreso de la Unión, el primer mandatario aseveró que se ha comprobado que funciona el principio que ‘por el bien de todos, primeros los pobres”, pues aseguró que a 30 millones de hogares de 35 millones que hay en el país, les llega al menos un programa de bienestar o reciben pequeña porción del presupuesto público, y al resto que no tiene un apoyo de manera directa resultan beneficiados porque en el país hay crecimiento económico.

Foto: Daniel Galeana / El Sol de México 


