ANGÉLICA DE LA PEÑA
Nadie puede culpar al Presidente de que el huracán Otis de categoría 5 se haya dirigido hacia uno de los puertos turísticos más importantes de México, el emblemático Acapulco, que quedó totalmente destruido.
De lo que sí es responsable es de no estar atento a todos los focos rojos que se fueron prendiendo conforme fueron pasando las horas y la tormenta tropical se fue convirtiendo en un tremendo y peligroso huracán que afectó alrededor de un millón de personas, además de la desaparición de este gran centro turístico, también sus colonias, caminos y otros municipios.
Muchas personas murieron, -no sabemos cuántas porque parece se oculta la información- centenas de miles se quedaron sin vivienda y se destruyó toda la infraestructura de servicios.
De lo que sí es responsable es de haber enviado al Congreso la desaparición del Fondo para Desastres Naturales que Morena aprobó siguiendo su orden sin chistar, aunque hoy, frente a la devastación de Otis, diga que lo que desapareció fue la oficina “porque había mucha corrupción”. Todo para darle la vuelta a las críticas como si no estuviera inscrito en el Diario de Debates su desaparición junto a otros 102 fondos
Se ha evidenciado una vez más: no hay instituciones. Es muy penoso observar la ausencia de la gobernadora de Guerrero. La crisis que se veía venir no podría prevenirse con mensajes, que en el fondo, pretendían ocultar la dimensión de la tragedia. ¿Qué pasaba por su cabeza?
Aún no entiendo por qué López fue a Acapulco por carretera, sabiendo podría quedar varado. Esa foto donde su vehículo queda atascado y es empujado por militares es de pena ajena. Analizando el hecho pareciera que al minimizar la información se propuso un control de daños simulando un viaje con fotos de su “preocupación” dirigidas a sus fans, pero en la realidad fue una pérdida de tiempo frente a la urgencia.
De lo que sí es responsable López Obrador es de seguir dividiendo al país con su perorata de siempre, culpando a los medios que informan del desastre y que señalan que debió cumplir su deber y prevenir los estragos de un huracán categoría 5. Su video de hace dos días pasando nota de los secretarios es lamentable.
Frente a esta tragedia sigue mostrando su talante autoritario al ordenar que no se repartan de manera directa los apoyos de la gente y organizaciones, a quienes se quedaron sin casa, sin empleo, sin lo elemental para vivir, agua potable, alimentos; esa actitud es inhumana, egoísta, irresponsable. El pretexto de la rapiña se remedia con el funcionamiento de las policías estatal y municipal, de la Guardia Nacional resguardando los trayectos para que la ayuda llegue a toda la población.
No es el momento de la confrontación porque hoy Guerrero Somos Todos, es necesario que el Presidente abra caminos para que la ayuda llegue directo, porque enfrentamos una emergencia nacional, y, ni el gobierno podrá solo, ni habrá Ejército que lo atienda de manera debida. Es necesario un acuerdo nacional en apoyo a Guerrero. En función de ese acuerdo el Presidente debe abstenerse de atacar a todo mundo, incluyendo a los medios de comunicación. Por el contrario debería convocarlos a unir esfuerzos para reconstruir Acapulco.
Es preocupante que sus colaboradores resulten claramente incapaces para enfrentar la emergencia; y cierto, debe utilizar el Ejército, pero sin obstruir a las autoridades civiles y sin cancelar la solidaridad ciudadana.
Defensora de derechos humanos