Otra vez los ratones verdes

25, noviembre 2023

FRANCISCO FONSECA N. 

Hace un poco más de once años, en junio de 2012, la selección mexicana de fútbol se enfrentaba, con pésimos resultados, a las selecciones de Guyana y de El Salvador. Dentro de los avatares que el país ha vivido en los últimos años (guerra antinarco, inseguridad, secuestros, desempleo, pobreza extrema, etc.) el de menor importancia es el fútbol, que también tiene lo suyo. Es la tragedia del fútbol mexicano. Ese fútbol mexicano del que todo el mundo habla y que es el alimento espiritual del pueblo y a la vez es su karma, su pasión, su desahogo. Ese fútbol, deporte de multitudes que paraliza las actividades y que produce manifestaciones de júbilo o de desasosiego. Ese fútbol que para de cabeza a los habitantes de cualquier país que se precie de practicarlo con buen tino. Ese fútbol que llena las páginas de periódicos y revistas, y todas las señales de la radio y de la televisión.

Esta denominación de los Ratones Verdes fue iniciativa de un reportero de Excélsior llamado Manuel Seyde quien publicó durante casi cincuenta años la columna Temas del Día en el periódico Excélsior, rotativo en el que llegó a ser director deportivo. Seyde incursionó en la investigación deportiva y desarrollo varias obras literarias con títulos relacionados con el fútbol: La Fiesta del Alarido, Las Copas del Mundo y Copa Mundial en 1986. A Seyde se debe el apodo del equipo de fútbol de Veracruz, quien en 1946, considerando el rojo representativo de la entidad y el significado del azul en aquella plaza deportiva, les llamó Tiburones Rojos de Veracruz.

Manuel Seyde junto con Luis Carlos Seyde son los autores del irredento mote de “Ratones Verdes”, impuesto a la Selección Mexicana de Fútbol, hace casi 50 años, inmortalizado en el Salón del Periodista deportivo en el año 1966. La historia de dicho mote tiene sus orígenes previo al Mundial de Inglaterra en 1966, en el cual México sostuvo un encuentro contra el representativo inglés ante el que cayó de manera estrepitosa, con una de las mayores goleadas de su historia 8-0, el entrenador nacional era Ignacio Trelles Campos. El entrenador del equipo de Inglaterra Alf Ramsey, fue entrevistado al final del juego, dijo a los reporteros que los jugadores rivales corrían como “conejos asustados”. Esta zoo-metáfora dio pie a la creatividad y sarcasmo del jarocho Manuel Seyde. Y acabó apodándolos así, “Ratones Verdes” con el argumento de que siempre se experimentaba y ensayaba con ellos, como si fueran pruebas de laboratorio.

En la tragedia del fútbol mexicano resulta que todo el país está pendiente de las mediocridades en que se ve envuelta nuestra selección nacional. Después de las medianas, y porque no decirlo, pésimas actuaciones que han tenido destacan las últimas dos confrontaciones contra el equipo Honduras. Y dije mediana y pésima actuaciones porque en esos 2 partidos fue una vergüenza total el abandono que hicieron los jugadores del partido. Nuestros connacionales dieron una exhibición pobre, con poca calidad en la fabricación de goles. En esos partidos México destacó por sus errores, por su falta de entrega y por su poco virtuosismo en la cancha. Dieron la impresión de ser bailarines de ballet, cuidándose de no ser arrollados y tal vez lesionados, lo cual afectaría sus jugosos ingresos económicos.

Nuestros representantes en el deporte de las mayorías se dedican más a la molicie y al buen vivir que a practicar el deporte que supuestamente aman, pero en el que sí cobran de lujo. Díganlo si no los vehículos deportivos para los cuales sí tienen ojos y pasión. Esos lujos sí los motivan para actuar, para eso sí sirven, sí se esfuerzan; logran buenos contratos, por un tiempo prolongado. Alguno de ellos es transportado en avión privado para que llegue a tiempo para bailar en el césped. Para esos jugadores México es otra cosa; su bandera y el himno nacional que ni siquiera saben entonar es algo extraño y ajeno.

El año pasado, estos ratones verdes se adjudicaron la Copa de la Concacaf porque allí sí somos gigantes, allí es nuestro patio de juego, donde nos sentimos importantes porque vamos a enfrentarnos con los pequeños -¿pequeños?- equipos de Centroamérica, del Caribe y de Norteamérica, y donde siempre se nos respetó como el mejor. Esta copa se instauró en 1963 y México se ha alzado en 9 ocasiones con el título de esta competencia. Ya los Estados Unidos, Honduras, Haití, Costa Rica y Canadá han levantado equipos superiores, y han ganado la hoy llamada Copa de Oro de la Concacaf.

Pero, supuestamente nos estamos preparando para el Campeonato del Mundo en 2024. Allí el panorama será desolador. Los ratones verdes han logrado pasar a la segunda ronda, pero hasta allí. México ha clasificado para 14 campeonatos mundiales; ha aparecido en 48 juegos, ha ganado 15, perdido 24 y 12 empates; por lo que toca a goles, han anotado 51, y recibido 93. Los números son fríos pero muestran la realidad, así se hayan contratado técnicos argentinos, suecos, alemanes o nacionales. No se ha hecho lo suficiente. Lo que vimos dos días fue de no creerlo. ¡Qué vergüenza!

Fundador de Notimex
Premio Nacional de Periodismo
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