La presidenta Claudia Sheinbaum explicó que Pemex opera hoy con un esquema jurídico unificado que permitió consolidar su integración vertical, estabilizar la producción de un millón 700 mil barriles diarios.
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Además de fortalecer la coordinación con CFE en refinerías como Dos Bocas, donde la generación eléctrica fue corregida para alcanzar 280 mil barriles diarios, mientras se mantiene un tope de un millón 800 mil barriles diarios para cumplir compromisos climáticos.
La transformación jurídica de Pemex quedó descrita por la presidenta como el cambio estructural más relevante del último año, dado que la empresa recuperó la figura de ente único al revertirse el marco legal instaurado desde la década de los noventa, cuando se la dividió en cuatro subsidiarias con la intención de abrir paso a procesos de privatización gradual.
Ese modelo, dijo, derivó en un manejo fragmentado y en la multiplicación de consejos de administración que impedían una conducción estratégica unificada de toda la cadena de valor, situación que ahora quedó superada mediante un solo consejo que define líneas de operación y de inversión con criterios de eficiencia institucional y sentido de Estado.
El nuevo diseño jurídico permitió que Pemex consolidara una operación integrada que abarca extracción, transporte, refinación y comercialización, lo que se traduce en una producción propia de un millón 700 mil barriles diarios y en 100 mil barriles diarios aportados por privados con permisos otorgados en administraciones anteriores.
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La mandataria subrayó que la propiedad del petróleo permanece en la nación y que los contratos complementarios solo funcionan como mecanismos financieros sin comprometer el control público sobre los hidrocarburos, con lo cual se cerró la ruta que había impulsado la reforma de 2013 para abrir el sector a una privatización más amplia.
La presidenta enfatizó que la integración vertical ya muestra efectos medibles en la operación cotidiana, como se reflejó en la refinería Olmeca, conocida como Dos Bocas, que tras enfrentar fallas en una planta interna de generación eléctrica avanzó hasta producir alrededor de 280 mil barriles diarios una vez que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ingresó para corregir el problema.
Aseguró que la intervención de la CFE ejemplifica el nuevo esquema de colaboración entre empresas del Estado en lugar de la separación rígida que predominó durante sexenios pasados y que impedía coordinación técnica en situaciones de emergencia o de ajuste operativo.
El equilibrio entre producción petrolera y transición energética quedó descrito por Sheinbaum como una prioridad estratégica, por lo que se fijó un límite de un millón 800 mil barriles diarios para evitar aumentos que contradigan los compromisos internacionales de México contra el cambio climático.
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De igual forma, detalló que el crecimiento adicional se orientará hacia fuentes renovables, de modo que la empresa del Estado mantenga un papel central en el desarrollo nacional sin profundizar presiones ambientales ni fiscales, ya que el nuevo marco legal también permite mecanismos financieros específicos, como instrumentos que apoyan inversiones sin comprometer patrimonio ni soberanía energética.

Claudia Sheinbaum. Foto: EFE 


