GERSÓN HERNÁNDEZ MECALCO
Un conserje inventó los chetos. Esta historia real, o parte de una estrategia de marketing, nos sirve como ejemplo para comprender: ¿Qué piensan los mexicanos?, ¿Las historias de lucha pueden inspirar?, ¿Ser de Tabasco o vender gelatinas bastan para ser Presidente? y ¿Qué deberían tomar en cuenta las y los suspirantes que quieren gobernar México? Me explico: La película Flamin’ Hot es una comedia dirigida por Eva Longoria y relata la historia de un migrante mexicano en los EE. UU., Richard Montañez, quien dice haber inventado junto a su familia la receta de los chetos con chile; a través de la cultura del esfuerzo, no del privilegio, como decía el sonorense Luis Donaldo Colosio.
La vida de Montañez, un paisano que desde niño fue muy trabajador, su aventura en el emprendedurismo vendiendo burritos, su lucha para enfrentar la justicia norteamericana por vivir en un círculo delincuencial; hasta enfrentar las responsabilidades de ser padre y las carencias económicas; lo llevan a trabajar en Frito-Lay, filial de PepsiCo que fabrica y comercializa chatarritas. Durante años enfrenta los despidos de la fábrica, pero su vida cambia, tal vez por ser el único que escuchó un mensaje de comunicación organizacional por parte de Roger Enrico, director de Frito-Lay, quien intenta animar a sus colaboradores con el mensaje clave de: “Pensar como CEO”.
Hay una escena que sirve de ejemplo para mostrar cómo debería ser un focus group de un war room presidencial. Un niño, sí un niño prueba la receta secreta de las futuras chatarritas con chile, y al final después de probar múltiples experimentos dice “sí me gusta”. Tal vez así debería de ser el “me gusta” de las propuestas electorales, y no medirse a través de número de bots, el me gusta en redes sociodigitales, o improvisar entrevistas. Tal vez es muy ambicioso, pero así se materializa la idea de pensar como CEO y como Presidente de la República.
La historia no termina ahí, porque se necesita una base social que esté convencida de que la venta de ese producto (en la película los chetos con chile), brindará beneficios a toda la comunidad si se logran mantener en el mercado. Tal vez los únicos que llevan a la práctica esa idea son las huestes del crimen organizado, como lo vimos esta semana en diferentes municipios de Guerrero, y por ahí lo intentan, con todo respeto y guardando sus justas dimensiones, grupos políticos que tratan de formar una base electoral; obviamente la oposición está a años luz de estas prácticas. El mensaje es claro: Si el producto logra hegemonía en el mercado, todas y todos ganan.
Pero los finales felices no existen, ni en la ficción. De acuerdo con Los Angeles Times, “Montañez ha construido una lucrativa segunda carrera al contar y vender esta historia, apareciendo en eventos para Target, Walmart, Harvard entre otros, y cobrando de 10 a 50 mil dólares. Solo hay un problema: Montañez no inventó los Flamin’ Hot Cheetos, de acuerdo con entrevistas de una docena de ex empleados y de la misma empresa… ´Ninguno de nuestros registros muestra que Richard estuvo involucrado de ninguna manera en el mercado de prueba de Flamin’ Hot´”.
Pensar como CEO es un buen ejemplo para mentir o decir la verdad en materia electoral, y en la vida diaria, contando una historia de éxito y superación, a pesar de todos los obstáculos. Algo así como logré ser presidente a pesar de que dos veces me robaron por un fraude inventado, o las historias más actuales de que seré presidente, a pesar de que todas las encuestas están cuchareadas, o actuar una campaña cuando parece que hay un decreto presidencial de la ganadora.
Gerson Hernández Mecalco, comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político
@gersonmecalco