Catalina Noriega

Ni el trágico accidente del fin de semana en el metro le logró quitar la sonrisa de oreja a oreja, a AMLO. Consiguió que el presidente de Estados Unidos aterrizara en su mamarracho de AIFA, lo que tiene sin cuidado a los aztecas y menos todavía, al resto de habitantes del planeta. O, ¿alguien piensa que es de vital importancia el que se construyeran unas instalaciones chafas en la República mexicana, a fin de sobar el ego del insaciable narcisista al frente del país? Y sobre todo cuando no se tuvo otro objetivo que el de destruir la adelantada obra del que habría sido una espectacular terminal, la de Texcoco.

En su infantilismo, el lunes hizo gala en la mañanera de que les habían dado un recorrido por todo el aeropuerto, como para que Biden se quedara con el ojo cuadrado de la admiración. ¿Creerá que el mandamás de la potencia yanqui es igual de aldeano y payo que él? ¿Cuántos aeropuertos cree que ha pisado el viajadísimo mandatario? Sus actitudes son cada vez más pueriles y alejadas de una emproblemada realidad, a la que ignora olímpicamente.

Llegó el señor Biden en momentos de luto para su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum, la que volvió a sumar un accidente a los tres que ya contabilizaba en el metro de la Ciudad de México. De nuevo la muerte se apareció ahora en la Línea 3, llevándose la vida de una joven estudiante universitaria. Ciento y tantos heridos y el golpe emocional para quienes tuvieron la suerte de resultar ilesos, pero que, vivieron el horror inenarrable del choque, ver el vagón hecho pomada y sobre todo, constatar el sufrimiento de personas atrapadas entre fierros y heridas. Tuvieron que pasar más de 45 minutos para que llegara ayuda y los evacuaran de esa zona de marasmo.

La Sheinbaum estaba en Michoacán, en una más de sus ilegítimas giras de fin de semana, en las que recorre la República para darse a conocer. Mientras la personaja viola la norma electoral -escondida en los brazos del emperador de palacio -al que también y por supuesto, la ley le sale sobrando- la capital se deteriora a pasos agigantados, en el pleno abandono de las autoridades.

Lo del metro es escandaloso. Millones de personas lo usan diariamente y es su tabla de salvación para transportarse a sus trabajos. En lugar de darle prioridad, a partir de la llegada de esta señora al gobierno se ha reducido presupuesto a extremos de que, los propios trabajadores han tenido que colocar mantas en los pasillos, denunciando la falta de insumos y herramientas para el mantenimiento. Después de la desgracia de la Línea 12, de la cual nunca se concluyó con una investigación satisfactoria, llegó un nuevo director que ha resultado tan negligente, irresponsable y omiso como su predecesora (La tal señora Serranía, a la que, por cierto, jamás se llamó ni siquiera a declarar, tras el drama de la Línea Dorada).

Una megalópolis complicada en sí mismo y que, acéfala de su máxima autoridad, exige a gritos la atención que requiere. Se quedó la damisela de Marras sin pretextos para seguir por esta vía de desapego a sus obligaciones. Por más que el tabasqueño insista en protegerla, Sheinbaum está rodeada de cadáveres que se podían haber evitado. Resulta como para Ripley que vaya a darse a conocer en otros estados con lo que considera los éxitos de sus políticas, mientras en el centro el desastre toca todos los días en la puerta.

Nada funciona y de lo peor una Procuraduría que no resuelve una investigación. Ni media palabra de quienes atacaron a Ciro Gómez Leyva. La mayoría de los delitos en la impunidad y si se cree que ahora resolverán la pesquisa de los accidentes del metro, pues a esperarlo sentados. Un gobierno por completo inútil e incompetente. Si la tal Claudia piensa seguir en campaña, que renuncie. Basta de que la sociedad pague los platos rotos de tanta incompetencia.

@catalinanq hotmail.com

@catalinanq