Pese a elevado impuesto, no baja consumo de tabaco

2, enero 2022

POR PATRICIA RAMÍREZ
Los impuestos que se aplican a los productos del tabaco no han tenido un impacto significativo en la disminución del consumo de ese producto y tampoco han resarcido los gastos millonarios que tiene que absorber el Estado por las enfermedades derivadas del tabaquismo.
Un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, explica que para atender estos padecimientos el gobierno invierte 81 mil 97 millones de pesos pero recauda por concepto de Impuestos Especiales sobre Productos y Servicios (IEPS) apenas 39 mil 123.6 millones de pesos, por lo que el déficit asciende a 43 mil 97 millones de pesos en un solo año.
Los investigadores parlamentarios enfatizaron que, a raíz del último incremento en las tasas y las políticas públicas implementadas para evitar su consumo, se redujo temporalmente la venta de estos bienes, pero en el mediano plazo se observa que estas medidas perdieron efecto al recuperarse de manera significativa la venta y consumo de cigarros y tabacos labrados.
De acuerdo con las estadísticas hacendarias, la recaudación por concepto de IEPS en estos productos registró un crecimiento considerable entre 2007 y 2017, al pasar de 20 mil 69.4 mdp en 2007, a 39 mil 124 mdp para el año 2017, registrando una tasa de incremento del 2.3 por ciento a valor real de esa tasa.
De este periodo, destaca el crecimiento observado en 2008 y 2010, cuando la recaudación alcanzó tasas de crecimiento reales del 16.2 y 17.0 por ciento, en ese orden. Esto se debe a que se implementaron las medidas ya comentadas, que buscaron inhibir el consumo de tabaco, lo que llevó a un endurecimiento en el marco legal en el año 2010, vigente a partir de 2011. Además, entre 2006 y 2017 las tasas aplicables al IEPS de cigarros, puros y tabacos labrados se incrementaron en 10 puntos porcentuales por año durante los tres primeros años, pues pasaron de 130 por ciento en 2006 al 160 por ciento en el año 2009, a partir de este año, las tasas se han mantenido sin cambios.
Por lo que respecto a los tabacos hechos enteramente a mano, su tasa se ubicaba en 26.6 por ciento durante 2007; sin embargo, para 2008 y 2009 la tasa aplicable pasó a 28.5 y 30.4 por ciento respectivamente, manteniéndose esta última vigente hasta la actualidad.
Y es que, el tabaquismo tiene un costo tanto en términos sociales como económicos para las familias y para el Estado, pues se estima que en 201 se gastaron 81 mil 132 mdp para atender las enfermedades derivadas del consumo de productos de tabaco, cifra que representa 2.8 por ciento de los ingresos tributarios por lo que se considera como uno de los padecimientos prevenibles más costosos para el erario.
A estos costos económicos se suman los costos sociales, pues es una enfermedad prevenible relacionada con distintos tipos de cáncer y con otras afecciones, como la cardiopatía isquémica, enfermedades vasculares cerebrales, bronquitis crónica, enfisema pulmonar y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), entre otras.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, en México el inicio promedio del consumo de tabaco es a los 19 años; y de los individuos entre 12 y 65 años, los fumadores representan el 17.5 por ciento, donde de este total 74.5 por ciento son hombres y 25.5 por ciento mujeres. Del total de los fumadores, 78.3 por ciento declaró tener interés en dejar de fumar y 48.1 por ciento realizó la compra por unidad (cigarros sueltos). Esta proporción aumenta a 75.7 por ciento entre los fumadores de 12 a 17 años.
Frente a este panorama, el gobierno mexicano implementó una serie de políticas gubernamentales que tienen como objetivo primordial reducir el consumo de tabaco, a través de medidas prohibitivas, por ejemplo, discriminación de venta del producto, restricción de la publicidad y la disminución de áreas permitidas para fumar.
Las estrategias indirectas buscan impactar el consumo a través de medidas de carácter impositivo, pues según la Organización Mundial de la Salud, la experiencia internacional indica que la forma más eficiente de disuadir a los consumidores de tabaco, es a través de la implementación de uno o varios impuestos que eleven el precio y, por tanto, disminuyan el consumo.
Los impuestos pueden aplicarse de dos maneras, aquellos que se aplican por unidad y peso del tabaco, y aquellos que están relacionados con su valor de venta; estos últimos, se usan como un porcentaje al precio final del producto. En la Ley de Ingresos de la Federación, año con año se estima la recaudación que se espera obtener vía IEPS a tabacos.
La OMS ha señalado también que el consumo de tabaco en todo el mundo provocó la muerte de más de 7 millones de personas durante el año 2017, mientras en México las estimaciones de mortalidad prematura, atribuible al tabaquismo, indican que el consumo de tabaco es responsable de entre 25 mil y 60 mil muertes anuales; además, casi 11 millones de mexicanos que nunca han fumado (26 por ciento de los hombres y 22 por ciento de las mujeres), están expuestos al humo de tabaco de segunda mano en lugares públicos.
Esto se ha traducido en un gasto en los servicios de salud especializado en enfermedades respiratorias en México, para los fumadores pasivos de 9 mil 521 mdp, de acuerdo con la información disponible en la Organización Panamericana de la Salud para 2015.
Estas son algunas de las principales razones por las que existe una tendencia en el mundo para limitar y erradicar el consumo de tabaco. Las medidas implementadas con este fin, en México y en el mundo, han ayudado a evitar que miles de personas enfermen y mueran por padecimientos relacionados con este producto.
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, en su artículo 6°sobre las medidas relacionadas con los precios e impuestos para reducir la demanda de tabaco, reconoce la importancia de dichas políticas y promueve la aplicación de estrategias tributarias y de precios, que permitan alcanzar sus objetivos, en materia de salud.
El 28 de mayo de 2004, tras la ratificación por parte de México de este Convenio Marco, se advirtió de un claro el progreso en el control del tabaco, los cigarrillos y otros productos derivados del tabaco en el país. Sin embargo, también se admitió que las acciones para prevenir este problema de salud pública continúan siendo insuficiente en comparación con otros países.