La política fiscal aplicada a los viticultores mexicanos los deja fuera de la competencia frente a los más importantes productores mundiales, a pesar de que la calidad de los vinos mexicanos ha demostrado ser tan buena como la de Francia, Italia, Portugal, España, Estados Unidos o Nueva Zelanda.
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“Cuando tienes una botella de vino que, de su valor total, el 46% es pago de impuestos, entonces no es posible generar una estrategia nacional que permita incrementar la producción y un mayor consumo nacional per cápita”, acusó Víctor Manuel Torres, enólogo de vitivinícola Torres Alegre y pionero en la producción de vinos en la zona de Ensenada, Baja California.
“Si tuviéramos una botella de mil 500 pesos de vino mexicano, el impuesto que tendríamos que pagar es de mil pesos, cuando en Francia una botella con un costo equivalente a mil pesos mexicanos debe pagar seis centavos al gobierno en su producción”, dijo durante su participación en el ciclo de conferencias del 4to Foro Internacional Agroindustrial, organizado por la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y el gobierno de Baja California.
Con una experiencia de 43 años en esta actividad, Torres aseveró que la autoridad “parece estar más enfocada en otro tipo de negocios ligados a la vitivinicultura como el turismo y no en los cultivos”.
Señaló que, si bien es cierto que el consumo de vino en México se ha venido incrementando, la realidad es que “estamos trabajando en beneficio de los productores extranjeros, ya que este aumento en el consumo no se ve abastecido con la producción nacional y sí lo hace con los vinos que llegan al país de diversas partes del mundo”.
Con información de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, del total de consumo de vino en México, el 70% es de productos extranjeros y sólo el 30% es de vino nacional.
“Hace 43 años no llegábamos a 100 litros per cápita de consumo al año y ahora estamos en 1.5 litros per cápita; estamos muy lejos de los 61 litros de Francia y los 69 de Portugal, incluso de los 16 litros de Estados Unidos”, observó.
Y acusó que incluso países como Chile, Argentina o España venden a México sus vinos que ya no pueden vender en sus países y que consideran “que ya no sirven”.
Víctor Manuel Torres advirtió que no existe una política de apoyo para los productores mexicanos de vino, ni a nivel federal ni en Baja California, que fomente el desarrollo de la industria, no obstante que su crecimiento “se ha dado con base en el trabajo y la calidad que le ha permitido a nuestro país ganar un importante número de concursos internacionales”.
Consideró necesaria una política de apoyo para fomentar el adecuado uso del agua con el fin de mejorar la productividad de los viñedos, pues al respecto, se ejemplificó que en la zona vitivinícola de Brasil los productores de uva tienen 30 toneladas por hectárea, y en Ensenada solamente se genera una tonelada.

FOTO: CORTESÍA 


