Con el estreno de la serie biográfica de Roberto Gómez Bolaños ‘Sin querer queriendo’ han surgido muchas dudas, aunque algunas nos han ido aclarando poco a poco en los episodios.
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En esta nota abordaremos el tema de porque se generó el distanciamiento entre Chespirito y Ramón Valdés.
Recordemos un poco cuando Carlos Villagrán, dijo en una entrevista: “Quitas a Don Ramón y se acaba el programa”. Recalcando que mucha de la magia de El Chavo del 8 se debía a Ramón Valdés.
Otro punto a destacar es que Bolaños, solía decir que Ramón Valdés era el actor que más lo hacía reír, incluso por encima de su hermano Tin Tan y de Cantinflas. Su admiración era tanta que Ramón Valdés era el único a quien le permitía improvisar.
En los episodios 3, 4 y 5 de Sin querer queriendo, podemos ver que el capítulo especial de El Chavo del 8 en Acapulco, en 1978, marcó el inicio del final del programa. Irónicamente, mientras el capítulo es considerado el punto máximo del show, fuera de cámaras la realidad era otra pues las tensiones entre el elenco ya eran insostenibles, principalmente por la atracción entre Roberto Gómez Bolaños y Florinda Meza.
Su relación tuvo un impacto en gran parte del elenco. Al grado que iniciaron las salidas de integrantes clave en el éxito de El Chavo del 8. Carlos Villagrán abandonó el programa para intentar brillar con luz propia en Venezuela. Enrique Segoviano hizo lo mismo, aunque para tomar distancia de su fallido compromiso con Florinda Meza.
Poco después, Ramón Valdés dejó por una temporada el proyecto. Durante ese tiempo, se unió al programa Federrico, con el que Villagrán pretendía extender la popularidad de su personaje.
Producido y transmitido en Venezuela, el programa fue una copia de El Chavo del 8 que fracasó, pese al encanto de Ramón.
En 1981, Don Ramón volvió a la vecindad. El episodio era un guiño a la vida personal del actor. Tanto en la realidad como en la ficción, se había ausentado para probar suerte en otros lugares.
Fanáticos aseguran que el capítulo tuvo la magia que se esfumó con su salida y la de Villagrán. Sin embargo, como la mayoría de las veces que se regresa al sitio donde alguna vez se fue feliz, las cosas habían cambiado.
En 1982, Valdés dejó definitivamente El Chavo del 8 por desacuerdos creativos con nada más y nada menos que con Florinda Meza, cuya injerencia en las decisiones creativas se consolidó a la par de su relación con Gómez Bolaños.
“Para mi papá, el dinero nunca fue tan importante. Para principios de los 80, ya tenían la relación amorosa Roberto con Florinda… Con esa libertad o permiso que ahora tenía, siendo la novia y luego la esposa del que escribía, tomaba iniciativas que a lo mejor alguien dice ‘no está mal’, pero pasándose de la raya, de que ahora era la directora, era la que decía ‘no’”, develó años después Esteban Valdés, hijo del histrión.
Batalla contra el cáncer
Ramón Valdés tenía adicción al tabaco, era un fumador empedernido. A mediados de esa década, un fallido tratamiento oncológico derivó en una cirugía en la que su estómago fue reducido a una tercera parte para eliminar tumores. Fue tarde; el cáncer avanzó lentamente.
Ramón Valdés volvió a trabajar con Carlos Villagrán en su enésimo intento por triunfar en la televisión con ¡Ah qué Kiko! Valdés participó en una temporada, la cual grabó mientras el cáncer hacía metástasis
El rompimiento…
Don Ramón creó un lazo de amistad con el elenco de El Chavo del 8; menos con Florinda Meza, sin embargo, no todos estuvieron en su sepelio. María Antonieta de las Nieves, quien era vista como una hija en la vida real por Valdés, estaba de gira en Perú, mismo caso que Villagrán, quien públicamente ha dicho que pudo despedirse de él en el hospital.
Roberto Gómez Bolaños argumentó no estar en México. No obstante, extraoficialmente se dijo que Florinda Meza persuadió a Bolaños de no asistir. Aunque no hay registros, medios en los años 90 afirmaban que, off the record, Chespirito admitió vivir arrepentido.
En las pocas entrevistas en las que Bolaños hacía referencia a Ramón Valdés, se centraba en destacar sus virtudes actorales y su humildad.
Hombre humilde…
En Con permisito dijo Monchito, libro escrito por su hijo Esteban Valdés, el actor es definido como un hombre humilde que era la misma persona dentro y fuera de pantalla.
“Antes de que llegara la fama y tuviera dinero, trabajaba como cualquier ser humano, no en un solo trabajo, a veces dos o tres. Se inventaba todo lo que podía porque tenía cualidades para diferentes oficios. A veces no había qué comer o había muy poco. A veces no había para pagar la renta y teníamos que irnos a otra casa o, muchas veces, a la casa de mi abuela”, recordó.
Esteban Valdés indicó que, a diferencia de María Antonieta de las Nieves y Carlos Villagrán, su padre siempre tuvo libertad de interpretar a Don Ramón debido a que Roberto Gómez Bolaños reconocía que era el único personaje de su universo que no salió de su imaginación.
La ausencia de Chespirito en el funeral de Ramón Valdés, hizo notar el distanciamiento; los motivos reales aun siguen siendo un misterio. Los seguidores de El Chavo del Ocho, esperan descubrir en los dos últimos episodios Sin querer queriendo.

Foto: Arte de Canva 


