Fernando Valenzuela falleció hace más de un año, el 22 de octubre de 2024 en Los Ángeles, California, la ciudad que lo vio consagrarse como ícono del béisbol. Nacido el 1 de noviembre de 1960 en la pequeña comunidad de Etchohuaquila, Sonora, Valenzuela no solo dejó un legado en el diamante, sino que transformó la demografía de los aficionados en las Grandes Ligas, al atraer a miles de latinos al Dodger Stadium. Fue así como, con su brazo, el legendario pitcher mexicano encendió la Fernandomanía en los años 80.
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Apodado como ‘El Toro’ por su imponente presencia y habilidades en el montículo, su impacto trasciende las estadísticas. Y ahora, su familia ha recibido con ilusión la noticia de que ha sido incluido nuevamente en la boleta para el Salón de la Fama, un merecido llamado que podría convertirlo en el primer pelotero mexicano en Cooperstown.
Valenzuela irrumpió en la MLB con los Dodgers de Los Ángeles en 1980, al lanzar su primer y único juego sin hits el 29 de junio de ese año contra los St. Louis Cardinals, en una victoria contundente de 6-0. Pero fue en 1981 cuando se convirtió en una sensación, al ser el único jugador en la historia en ganar el premio Cy Young de la Liga Nacional y el Novato del Año en la misma temporada.
Ese año inició su racha como seis veces All-Star (1981-1986) y conquistó dos premios Silver Slugger (1981 y 1983) por su aporte ofensivo como pitcher. Sus números finales hablan de una carrera sólida: un récord de 173 victorias y 153 derrotas, una efectividad de 3.54, 2,074 ponches en 2,930 innings lanzados y un WHIP de 1.32. Sus mejores temporadas fueron en 1981 y 1986, pero el desgaste en su brazo y los problemas crónicos en el hombro limitaron su longevidad.
Después de una ola inicial de dominio, su producción decayó, impidiéndole acumular los innings necesarios para fortalecer su caso ante los votantes del Salón de la Fama. En 2014, Valenzuela fue inducido al Salón de la Fama del Béisbol Profesional Mexicano, un reconocimiento merecido en su país natal. Sin embargo, en Cooperstown la historia ha sido diferente.
En su segundo año de elegibilidad (2004), obtuvo solo el 3.8% de los votos y fue retirado de las boletas tradicionales. Ahora, su única vía es el Comité de Jugadores de la Era del Béisbol Contemporáneo, que evalúa a peloteros que jugaron la mayor parte de sus carreras en 1980 o después. Este comité, que se reúne cada tres años, vota por hasta ocho candidatos; para ser inmortalizado, se requieren al menos 12 de los 16 votos.

El verdadero legado de Valenzuela no se mide solo en strikes o victorias, sino en el fenómeno cultural que desató. Sus aperturas convertían el Dodger Stadium en un evento imperdible, aumentando drásticamente la base de fanáticos latinos en el segundo mercado más grande del béisbol.
“Creo sinceramente que no hay otro jugador en la historia de las Grandes Ligas que haya creado más fanáticos nuevos que Fernando Valenzuela. Sandy Koufax, Don Drysdale, Joe DiMaggio, ni siquiera Babe Ruth lo lograron. Fernando convirtió a tanta gente de México, América Central y América del Sur en fanáticos”, declaró en su momento Jaime Jarrín, la icónica voz en español de los Dodgers.
Las Grandes Ligas reconocen su aporte, pues artefactos de la Fernandomanía, como uniformes y memorabilia, forman parte de exhibiciones en Cooperstown. Los Dodgers, por su parte, honraron a Valenzuela al retirar su camiseta número 34 en una ceremonia del Anillo de Honor el 11 de agosto de 2023. A pesar de estas distinciones, el Salón de la Fama había eludido a ‘El Toro’, a diferencia de figuras como Fred McGriff, inducido recientemente por el mismo comité.
La inclusión de Valenzuela en la boleta actual del Comité de la Era del Béisbol Contemporáneo (anteriormente Comité de Veteranos) llega como una sorpresa grata para su familia. Esta es su segunda oportunidad real para entrar a Cooperstown, y se evalúan factores como la trayectoria, capacidad, integridad, deportividad, carácter y contribución al béisbol. De esta manera, los resultados se anunciarán el 7 de diciembre.
“Esperemos que sí se pueda dar. Es un orgullo. Nos hubiera gustado que hubiera sido en vida, pero el tiempo es de Dios y uno, no porque no pueda estar él, siente que disminuye lo que representa estar en el Salón de la Fama. Es un mexicano y puede ser alguien especial en la historia del país”, expresó Fernando Valenzuela Jr., hijo del ídolo y actual propietario de los Tigres de Quintana Roo.
“Pregunté qué posibilidades hay y las respuestas son muy buenas. La gente supo lo que hizo mi papá en la década de 1980, lo que representaba para la MLB, lo que hizo para México y Latinoamérica, porque abrió las puertas para muchos”, declaró otro hijo, Valenzuela Burgos.
Las posibilidades de que Valenzuela se convierta en el primer mexicano en el Salón de la Fama se consideran amplias, impulsadas por su impacto cultural. Si bien las lesiones y la falta de longevidad pesan en su contra, su rol en expandir el béisbol más allá de las fronteras estadounidenses podría inclinar la balanza. El comité no solo mira números, sino contribuciones históricas al deporte. ‘El Toro de Etchohuaquila’ no solo lanzó bolas curvas; curvó la historia del béisbol, y el 7 de diciembre podría sellar su inmortalidad.

Foto: Mexsport 


