El Servicio de Administración Tributaria (SAT) simplificará, a partir del próximo año, el proceso del pago de impuestos para aumentar entre 15 y 30 por ciento la base de contribuyentes, en un corto plazo de unos tres años, lo que no signifique que precisamente se incrementarán los ingresos, informó su titular, Raquel Buenrostro Sánchez.
Se indicó que las personas físicas contarán con cuatro regímenes fiscales simplificados para cumplir con sus obligaciones, esto es, incorporación fiscal, personas con actividades empresariales, el de actividades agrícolas y el de arrendamiento.
“Mucho de lo que no se paga de impuestos tiene que ver con lo complicado. Las grandes empresas, que conocen cómo funciona el sistema pagan menos impuestos”, dijo.
Las personas físicas con ingresos de hasta 3.5 millones de pesos al año y las morales que tengan ingresos hasta de 35 millones de pesos anuales podrán acceder a esta nueva modalidad.
Buenrostro Sánchez explicó que la propuesta, incluida en el paquete fiscal, impone tasas impositivas mínimas al Impuesto sobre la Renta (ISR) según los ingresos de los contribuyentes; de esta forma, cuando el ingreso sea menor a 300 mil pesos por año la tasa será de 1.0 por ciento, y de 2.0 por ciento si los ingresos superan los 3.5 millones de pesos.
Un 82 por ciento de las personas físicas se beneficiará con este nuevo modelo, según Buenrostro, quien señaló que estos cambios no prevén una mayor recaudación, sino que “por desconocimiento de la ley, los pequeños contribuyentes terminaban pagando más, eso es lo que se quiere cambiar”.
Asimismo, y como parte de la Miscelánea Fiscal para 2022, el Paquete Económico plantea una nueva forma de pagar impuestos que puede beneficiar a 96 por ciento de las personas morales registradas ante el SAT en el país.
La jefa del SAT explicó que el Nuevo Régimen Simplificado de Confianza de personas morales busca promover la activación económica mediante un esquema de simplificación que incremente la inversión e impulse la competitividad.
“Este régimen considera a personas morales residentes en México con ingresos totales que en el año no excedan los 35 millones de pesos”, detalló.
En México, los censos económicos apuntan a que 99.8 por ciento de los establecimientos son micro, pequeños o medianos negocios y el SAT cuenta en su padrón con 2.1 millones de empresas cuyos ingresos son menores a esos 35 millones de pesos.
La funcionaria explicó que el nuevo régimen otorga beneficios directos a las empresas e incluso funge como un apoyo ante la crisis económica.
“Después de la crisis esto da un beneficio. Antes se pagaba sobre ingreso devengado, ahora se pagarán los impuestos sobre el flujo de efectivo, lo que representa un menor costo para la pequeña empresa, además de que se mejoraron las deducciones en las inversiones”, señaló.
Raquel Buenrostro explicó que si bien el nuevo esquema supone una simplificación masiva, no se prevé que aumente la recaudación.
“El nuevo régimen, como se calculó, no tiene impacto recaudatorio, la complejidad de la ley hacía que no fuera progresiva, por desconocimiento de la ley, los pequeños contribuyentes terminaban pagando más, eso es lo que se quiere cambiar”, explicó.
Por otro lado, señaló que el impuesto global mínimo a empresas no representa una “recaudación real para casi ningún país”.
Además de que falta al menos una década para que sus efectos se puedan observar, el cómo se va a repartir podría resultar “peor que bolo en bautizo porque hay que irse a arbitraje internacional”, dijo.
A diferencia de lo dicho por el entonces secretario de Hacienda, Arturo Herrera, la jefa del SAT consideró que “no es real esperar una recaudación por el impuesto global”, así que se deben buscar mecanismos internos para aumentar la recaudación.




