PATRICIA RAMÍREZ
Foto: Cuartoscuro
A nivel mundial, se pierde o desperdicia aproximadamente mil 300 millones de toneladas de alimentos, lo que podría alimentar a dos mil millones de personas, por ello la diputada local Silvia Sánchez Barrios propuso reformas al artículo 35 de la Ley Orgánica de Alcaldías de la Ciudad de México en materia de bancos de alimentos en la capital.
Explicó que se busca que las alcaldías instalen bancos de alimentos exclusivamente con víveres recuperados de mercados públicos, tiendas de conveniencia y supermercados, que fueran a ser desechados por cuestiones estéticas o por un alto grado de maduración, pero que sigan siendo aptos para consumo humano.
Agregó que los alimentos que descartan los comerciantes pueden ser aprovechados en beneficio de los sectores más vulnerables y necesitados, facilitando así un piso mínimo de alimentación para toda la ciudadanía.
La legisladora priista recordó que la recién publicada Ley de Economía Circular de la Ciudad de México plantea la necesidad por revalorizar productos para que estos no terminen como residuos sólidos, reduciendo el daño al ambiente y reintegrando los productos, a su uso.
“Es importante revalorizar los alimentos que iban a ser desechados, para que se aprovechen y permitan alimentar a ciudadanos que lo necesiten, en otras palabras, se tiran alimentos por cómo se ven y no porque ya no sirvan para el consumo humano”, dijo.
Asimismo, Sánchez Barrios subrayó que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura señala que a nivel global entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se pierde o desperdicia.
Ello obliga a replantear la forma en la que abordamos el desaprovechamiento de alimentos, que no pierden su capacidad como alimentos para consumo humano, generando una gran responsabilidad en un país donde el 23.5 por ciento de la población vive con pobreza alimentaria.
“Es fundamental que las alcaldías tengan la capacidad y obligación de crear bancos de alimentos por demarcación territorial, para aprovechar estos alimentos para quienes realmente los necesitan, en lugar de simplemente dirigirlos a los residuos sólidos, contaminando y desperdiciando alimentos que cuestan tanto energía, trabajo, así como recursos naturales”, insistió.