Martín Avilés / Ovaciones
Foto: EFE
Rafael Nadal es el mismo de siempre. Alguna que otra arruga cuartea su dorada piel y la tupida melena que antes presumía es ahora una guerra perdida. Pero el talento sigue intacto. La garra y la resiliencia. Su letal izquierda no ha reducido un ápice su majestuoso poder y todavía se desliza con cadencia por la tierra batida que ha sido siempre su hábito natural. Incluso sus rituales con las botellas de agua y tocando hombros, nariz y orejas antes de cada servicio siguen ahí.
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Sus 37 años de edad pesan mucho menos que las toneladas de lesiones que carga en su espalda. Cualquiera con esos constantes dolores habría tirado la toalla, pero no el español. Nacido en Manacor, España, el 3 de junio de 1986, ‘El Toro’ es un obsesivo de los triunfos. Con 22 títulos de Grand Slam en la valija, algún despistado que no lo conozca pensaría que para ser el ranking 644 del planeta lo ha hecho de maravilla en su debut en el Conde de Godó.
Quienes lo conocen, saben que definir como maravilloso lo que ha hecho a su regreso a las pistas ante el italiano Salvio Cobolli, se queda muy corto. Más allá del resultado de 6-2 y 6-3 en la cancha que lleva su nombre en Barcelona, la victoria del balear se dio desde antes de pisar su amada tierra batida, cuando decidió no claudicar en sus intentos por seguir vigente en el deporte que tanto le debe a él y a sus contemporáneos Roger Federer y Novak Djokovic.
Precisamente la incesante presencia de ‘Nole’ en el circuito es uno de los principales motivos para que siga ahí a tiro de piedra. Con sus 24 majors, dos más que el manacorí, Novak hace irresistible para alguien con la mentalidad de acero de Rafa el querer volver y volver por más que su cuerpo le pida piedad.
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— Rafa Nadal (@RafaelNadal) April 15, 2024
Fueron tres meses de estar lejos del tour, mismos que suman más de un año de batallar con las lesiones que lo han marginado prácticamente por completo de las canchas. Con todo y esos problemas físicos, el de Mallorca reapareció en el RCTB-1899 después de tres años de ausencia, ahí estaba el 12 veces ganador del torneo barcelonés para un último baile, por si acaso cumple con su palabra y se despide en el verano.
¿Qué dijo Rafael Nadal a su regreso a las canchas?
“Al final, después de meses, cuando vuelves, no se quitan las dudas en un día, sobre todo a nivel físico. A nivel tenístico, soy consciente de lo que hay, necesitas días en el circuito”, comentó Nadal tras concluir el partido.
Como si no tuviera suficientes inconvenientes físicos, Nadal tuvo que lidiar con otro contratiempo provocado por un problema abdominal. Dicho contratiempo repercutió en su servicio y durante el juego evidenció que no quiso tomar un solo riesgo con su saque. Por ello no concretó ni un solo ace, algo quizás frecuente para un talento que no tiene entre sus principales armas, pero que suele no descartar por completo como ha hecho ante el itálico.
“Llevo unos meses sin poder sacar, he sacado poco. Es mi primer partido y no voy a ponerme a sacar como un loco. Lo hice con la precaución que mi cuerpo ahora demanda. Es parte de la lógica del momento, de aceptarlo y competir con lo que hay”, dijo al respecto.
¿Quién es el próximo rival de Nadal en Barcelona?
Rafa tiene ahora un reto mucho más grande en el camino. El australiano Alex de Miñaur — quien venció a Casper Ruud en la Final del Abierto Mexicano de Tenis para erigirse bicampeón de Acapulco— será su rival en la Ronda de 32 mañana mismo. Nadal tiene ventaja en el historial ante el oceánico de 3-1, aunque el más reciente duelo fue para el de Sidney en la United Cup de 2023. Pase lo que pase, el español ya demostró la inhumana capacidad que tiene para revivir de entre sus propias cenizas y ser el mismo de siempre.