Renata Zarazúa cayó con la frente en alto. La tenista mexicana protagonizó el juego de su vida ante Caroline Wozniacki, pero no fue suficiente. La desafió con en corazón en la mano —en una muestra de pundonor que le mereció los aplausos del público presente y de la propia danesa— y aún así cayó eliminada en la Segunda Ronda del US Open, donde ha dejado una huella imborrable en la pista del Louis Armstrong del USTA Billie Jean King National Tennis Center de Nueva York tras una exhibición de antología.
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La número 92 del mundo sucumbió ante la exnúmero 1 del ranking de la WTA en sets corridos por doble 6-3 y despertó del dulce sueño que comenzó con una histórica victoria ante la francesa Caroline García en Primera Ronda, con lo que logró el primer triunfo de una azteca en US Open en 29 años. Contra la danesa de 34 años peleó, se desgarró el alma y dejó hasta la última gota de sudor, pero se quedó en la orilla.
Sus cinco bolas de quiebre desperdiciadas y un bajo 45% de efectividad en los puntos ganados en el primer servicio le pasaron factura y terminó rendida al cabo de. Una hora y 50 minutos de tenis en su estado de pureza, mismo que si bien representó una desilusión entre los aficionados mexicanos, es el reflejo de que con trabajo y dedicación, es posible salir del bache donde se encuentra atorado el deporte blanco nacional.
Por más que la danesa tuvo con un contundente arranque de partido para dejarle en claro a la azteca desde un inicio que no se tentaría el corazón, Rena no se doblegó. Tan pronto fue su turno de sacar, le devolvió el favor a su rival en una muestra de gallardía. Sin embargo, Caroline rápidamente la puso contra la pared en el cuarto game del primer set con un 0-30, Zarazúa intentó reponerse, pero en el deuce la europea le recetó el primer break de la noche.
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Todo parecía encaminarse a una rotunda y contundente victoria de Wozniacki, hasta que en el séptimo juego, la capitalina le quebró el saque en su segunda oportunidad de break para dar el más fuerte golpe en la mesa hasta entonces en el partido. Pero lo que parecía el momentum de Rena, más bien le provocó una grave desconcentración, pues no pudo confirmar su quiebre y de inmediato la danesa le devolvió el favor en el octavo. La tenista de 34 años cerró así la primera manga con un contundente 6-3.
Zarazúa inició el segundo set con valentía. Sacó y ganó en el comienzo. Y luego en el segundo game dejó escapar dos bolas de break, por lo que ya en el deuce Caroline resolvió y conservó su saque. Renata agachó la cabeza, sabedora de que había dejado escapar una oportunidad de oro para regresar de lleno al partido.
A partir de ese momento, la azteca se desplomó y parecía que entregaba el partido. La oriunda de Odense, Dinamarca le quebró inmediatamente en el tercero y la mirada de Rena dejó por un momento de tener ese brillo de ilusión que poseía minutos atrás cuando ingresó a la cancha Louis Armstrong con la esperanza de hacer historia ante una exnúmero 1 del mundo.
No obstante, para el quinto game, la mexicana de 26 años de edad dio destellos de querer recuperar ese temple que la llevó a jugarle de tú a tú a un monstruo del tenis como Wozniacki. Ambas protagonizaron un intercambio de golpes colosal y entonces, a pesar de dejar ir una ventaja en el deuce, Zarazúa conservó su saque y se llevó el triunfo moral en el mejor episodio del juego con duración de 14 minutos.
De pronto, el momento se puso aún más tenso cuando, primero, Renata tuvo que recibir atención médica por una ampolla en el dedo, y luego, Wozniacki también pidió un tiempo para ser atendida del profundo dolor en la espalda espalda que le aquejó derivado de los largos rallies que habían orquestado en este vibrante juego.
Habrá sido por el problema físico de Caro, pero la mexicana pudo romperle el saque en el sexto apoyada en su derecha. Último chispazo de luz para una Rena que no pudo más y terminó rendida ante el quinto quiebre de la danesa, quien selló su boleto a la Tercera Ronda. Derrota que deja buen sabor de boca al tenis mexicano.