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GUADALAJARA.- Especialistas de la ciudad de Guadalajara restauran el mural monumental “La guerra y la paz” del pintor Gabriel Flores que será exhibido por primera vez en un museo, en el marco del centenario del muralismo mexicano.
Ayudadas por microscopios, cepillos y diversos químicos, las restauradoras observan, estudian y limpian con dedicación este lienzo de 15 metros de largo por 2,70 de ancho que poco a poco va retomando el brillo y esplendor que el muralista originario de Jalisco logró en 1962.
María Larios Morones, jefa de conservación del organismo que coordina los museos en Jalisco y encargada del proyecto, contó a Efe que el lienzo fue rescatado de una bodega del Museo Cabañas en donde permaneció cerca de siete años, tras haber sido desmontado de un edificio público que sería demolido por daños estructurales.
Originalmente el artista hizo la pieza para el edificio de un banco en la ciudad de Zamora, Michoacán pero, por alguna razón, decidieron traerla y colocarla en la sucursal de Guadalajara que después se convirtió en un edificio resguardado por la Secretaría de Cultura, agregó.
Uno de los elementos que sorprendió a las restauradoras es que Flores concibió esta pieza como un mural transportable y lo más parecido a los trabajos sobre pared que hasta entonces había realizado en varios edificios públicos en Guadalajara, principalmente.
“Con este tipo de obra, Flores abre su posibilidad técnica porque explora esta otra posibilidad. Él trabajó en una textilera y queremos pensar que ahí tuvo la idea de que podía usar un lienzo de esas dimensiones, es interesante porque es una sola pieza sin añadidos ni remiendos”, dijo.
Conforme las restauradoras trabajan en la pieza, sale a la luz el arduo trabajo que el artista imprimió a esta obra. Por ejemplo, eligió como lienzo una loneta de algodón de un grosor muy específico y con cierta rugosidad, además de tener una base de preparación muy delgada, lo que le permitió dar la apariencia de que fuera una pintura en muro.
“Hay un manejo y un cuidado excepcional de la técnica y de los materiales porque además es una pintura hecha en acrílico que era la época cuando iniciaba el acrílico, y él empezó a experimentar con formatos monumentales, eso ayudó mucho con los trazos, era un excelente dibujante y lo podemos ver en esta obra”, indicó la especialista.
Estos elementos ayudaron a que la obra estuviera casi intacta cuando la rescataron de la bodega, por lo que el trabajo de restauración durante cerca de un mes estará enfocado a realizar tratamientos de reintegración cromática, limpieza superficial en ambos lados del lienzo, a colocar las bandas perimetrales para montarlo en el bastidor para su exhibición.
POR PRIMERA VEZ EN UN MUSEO
“La guerra y la paz” es uno de los trabajos que Gabriel Flores realizó en pleno auge de su carrera, unos años después de su estancia en la Ciudad de México donde colaboró con los muralistas David Alfaro Siqueiros y Juan O´Gorman y antes de pintar una de las paredes del castillo de Chapultepec.
La pieza de Flores aborda el horror de la guerra, el valor del trabajo y la dulzura de la paz, que es representada por una mujer y segmento al que le dio un tratamiento distinto que al resto de la obra, explicó a Efe, Miriam Villaseñor, directora del organismo encargado de coordinar los museos en Jalisco.
“Este mural tiene diferentes tipos de trazo, entre la miseria, la clase trabajadora el trazo es más contundente, violento, con más movimiento y luego la parte de la paz, la parte femenina y la piel tiene un tratado distinto, nos pareció interesante curatorialmente tener otros elementos que nos ayudarán a entender estos trazos de Gabriel Flores”, dijo.
Tras la restauración, el mural será exhibido por primera vez en un museo, el de el ex Convento del Carmen, que albergará una retrospectiva a partir del 6 de octubre centrada en “La guerra y la paz” y con piezas de coleccionistas donde se mostrarán los dibujos y ejercicios que Flores realizó para este y otros de sus trabajos, tanto murales como en caballete.