Si bien 84% de los colaboradores en México afirma ser feliz en su trabajo, el país enfrenta una alerta silenciosa, toda vez que la felicidad laboral entre los jóvenes se desploma en más de 18 puntos al pasar el primer año en la empresa.
LEE ADEMÁS: Se espera que la derrama económica por el regreso a clases supere los 135 mil mdp
Este fenómeno, conocido como “honeymoon–hangover”, pone en riesgo la retención de talento y los resultados financieros de las organizaciones, de acuerdo con el Estudio Felicidad Organizacional 2025: ¿Por qué invertir en felicidad es invertir en el negocio?, elaborado por Buk.
En el documento, se indica que México (84%) se ubica ligeramente por encima del promedio latinoamericano (83%) en cuanto a felicidad organizacional.
Y el estudio revela que cada punto adicional en felicidad reduce en 4.0% el riesgo de bajo desempeño financiero; además de que las empresas más felices duplican sus probabilidades de considerarse como financieramente sólidas.
Se observa que la brecha generacional es clara, pues mientras 94% de los Baby Boomers dice ser feliz en su trabajo, 79% de la Generación Z lo afirma, por lo que “esta diferencia de 15 puntos es la más amplia de la región y se convierte en un riesgo creciente para las organizaciones“.
Agrega que la Gen Z pierde hasta 18 puntos de felicidad tras el primer año, la caída más severa de la región; y en contraste, los Millennials retroceden seis puntos, la Gen X se mantiene estable y los Baby Boomers caen siete puntos, pero después de cinco años.
En el reporte se indica, además, que la felicidad organizacional tiene un efecto directo en las finanzas de las empresas, toda vez que cada punto adicional en el Net Happiness Score (NHS, indicador basado en la percepción directa de los colaboradores) reduce en 4.0% la probabilidad de caer en el 10% de empresas con peor margen de utilidad bruta.
Asimismo, las compañías ubicadas en el Top 10% de felicidad tienen más del doble de probabilidades de autoevaluarse como financieramente sólidas, y aquellas con programas de voluntariado corporativo multiplican por 2.13 su percepción de excelencia financiera.
De ahí que, observa el estudio, en el caso de México, las prácticas que más diferencian a los empleados felices de los no felices son el reconocimiento, las iniciativas de bienestar, la comunicación oportuna, una cultura positiva y las oportunidades de desarrollo profesional.
Estas dimensiones, más que beneficios aislados, se convierten en los verdaderos motores de la satisfacción laboral.
“Medir la felicidad no es un gesto simbólico, es una decisión estratégica. El bienestar de las personas tiene un impacto directo en la rentabilidad y en la percepción de solidez financiera de las compañías”, destacó Andrés Gómez, CEO de Buk México.
En este contexto, Buk reconoció con la certificación Building Happiness a las organizaciones mexicanas que lograron construir culturas laborales sólidas, donde la felicidad es estrategia de negocio.
TAMBIÉN PUEDES LEER: El CCE afirma que la generación de empleos formales es la mejor política social
Y en esta primera edición en México participaron más de 100 empresas, de las cuales 21 resultaron finalistas y fueron reconocidas por generar culturas laborales más humanas y sostenibles.
Los sectores más representados fueron tecnología, manufactura, agricultura y servicios, lo que confirma que la felicidad trasciende industrias y tamaños.

Foto: Cuartoscuro.com 


