Earl Fairweather amaba tanto el fútbol, que bautizó a dos de sus hijos con el nombre de un par de estrellas de la Selección de Brasil: Rivaldo y Ronaldo. El primero de ellos, Rivaldo Fairweather, prefirió el ovoide y los emparrillados por encima de las porterías y un esférico de gajos. Ahora, jugará con los Dallas Cowboys en la NFL.
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En la secuela del Draft 2025, el prometedor ala cerrada, fue llamado por los Cowboys para sumarse al equipo como jugador no seleccionado, después de no ser escogido en ninguna ronda.
La imponente estatura de Fairweather— de 1.93 m combinada con sus 114 kg de pura fuerza, sedujo a los Cowboys. Además, Rivaldo posee amplios brazos de 34½ pulgadas y una envergadura de 83⅝ pulgadas que lo distingue.
Sus características han atraído la atención de expertos, quienes destacan su capacidad natural de apalancamiento tanto como bloqueador como una posible fuerza en el juego de carrera y la protección de pase. Se cree que si refina su técnica, su combinación única de poder y alcance podría tener un impacto significativo en el campo.
En cinco temporadas universitarias, Fairweather perfeccionó su oficio en Florida International antes de transferirse a Auburn para sus dos últimos años. Durante su tiempo en la universidad, acumuló mil 604 yardas y anotó 13 touchdowns en 51 partidos, donde mostró su versatilidad y resiliencia. Su transición de un entorno competitivo a otro le ha proporcionado la experiencia necesaria para adaptarse y sobresalir bajo presión.
Al reconocer la necesidad de profundidad en la posición de ala cerrada, los Cowboys han aceptado el desafío tratar de pulir a Fairweather en sus filas. Pero su firma representa una apuesta calculada, al ser una oportunidad para transformar un talento crudo pasado por alto en un activo crucial para el equipo.
A medida que se acerca la temporada, la narrativa en desarrollo de Rivaldo Fairweather sirve como un recordatorio de que la perseverancia, combinada con talento nato, puede desafiar las expectativas tradicionales.




