Rojo, naranja, amarillo.

Rojo que parece naranja, naranja que parece rojo.

Amarillo que pinta naranja, pero que es rojo.

Clases en las aulas que iniciarán el 29 de agosto, pero que son voluntarias.

Obligatorias que son voluntarias o voluntarias que son obligatorias.

¿O cómo era?

Ayer, el gobierno federal ubicó a la CDMX en rojo.

Sí, en alerta máxima por Covid-19.

Pero Claudia Sheinbaum Pardo no quiso.

Lo rechazó y mantuvo el naranja para la capital.

¿Y en qué color está la ciudad de México?

En naranja.

Año y medio después del inicio de la emergencia por Covid-19, continúa la desorganización y la falta de una línea a seguir.

Y Hugo López-Gatell Ramírez, zar anticovid ya se ha desgastado. Hasta Andrés Manuel López Obrador comienza a dudar de él. Y sus compañeros del gabinete le dan la vuelta. Los gobernadores le hablan nomás por conveniencia.

 

La realidad es que los contagios y las hospitalizaciones no ceden ni cederán mientras se mantenga la actividad.

Que se contagie y que se muera el que se tenga que morir.

Con la pena.

Esa es la estrategia.

La jefa de gobierno ha dicho que no se parará de nuevo, porque los ingresos de miles de familias estarían en riesgo y porque la economía no lo resistiría.

Cierto que no es una decisión fácil:

Economía o salud.

Salud o economía.

No se puede tener ambas.

No en esta realidad.

Y si, como dice Sheinbaum –“a vacunarse, a vacunarse”-, ¿por qué detener una semana la inmunización de los jóvenes de 18 a 29 años, después de la exitosa primera jornada en Miguel Hidalgo, Benito Juárez, GAM, Iztacalco, Tlalpan y Tláhuac?

La semana próxima toca a Cuauhtémoc, Contreras, Venustiano Carranza y Milpa Alta.

Y faltarán seis alcaldías.

 

-No tratamos de minimizar lo que vemos en la ciudad -sí tenemos más hospitalizados, es claro que han subido los casos-, también queremos ser objetivos.

No sólo porque mucha gente quiere que pasemos a semáforo rojo, nosotros podríamos pasar a rojo, tenemos que confirmarlo con indicadores y los que vemos hoy, afortunadamente, son los que les comento: estabilidad en la positividad; estabilidad y descenso en los casos; estabilidad en los ingresos hospitalarios; y una ligera estabilidad en la ocupación hospitalaria que ojalá señale una futura caída”, dijo Eduardo Clark director general de Gobierno Digital de la Agencia de Innovación Pública (ADIP).

 

¿Y quién es esa “mucha gente”?

Clark debe ser claro y contundente.

 

El viernes 30 de julio se reportaron 2 mil 996 personas hospitalizadas en la CDMX y ayer 3 mil 221.

Una diferencia de 225.

Y los muertos son cien diarios –promedio-, para 46 mil 225 desde que comenzó la epidemia.

 

Tiene otros datos 

Andrés Manuel López Obrador rechazó ayer el informe del Coneval que muestra un aumento de 3.8 millones de pobres en México desde 2018, cuando asumió la Presidencia.

El  Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social (Coneval) presenta cada dos años, desde 2008, la medición de la pobreza y sus resultados suelen no agradar a los presidentes en turno.

De 2018 a 2020 los mexicanos en situación de pobreza pasaron de 51.9 millones a 55.7, mientras los que se ubican en pobreza extrema aumentaron de 8.7 millones a 10.8 millones.

Y lo más grave: la desaparición del Seguro Popular y las dificultades del Insabi para operar derivaron en 15.6 millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud, con lo que suman 35.7 millones a la deriva.

Una incongruencia para el gobierno que más dinero ha entregado a los pobres, a los sectores desprotegidos… en busca del voto.

-No acepto el resultado de esa encuesta.

Tengo otros datos.

Creo que la gente está recibiendo más apoyo y aun con la pandemia la gente tiene para su consumo básico y algo muy importante: no ha perdido la fe y estamos saliendo adelante, contestó Andrés Manuel en su mañanera desde Baja California Sur.

 

Vámonos: Zaldívar se bajó… después de que lo bajaron.

 

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