Rosalía llena el Zócalo pero no rompe récord de asistencia de Grupo Firme

28, abril 2023

AIDA RAMÍREZ

Foto: Alejandro Aguilar / El Sol de México

Pues no, el tan esperado concierto de la cantautora española Rosalía no se desbordó, y tampoco rompió el récord de Grupo Firme, al que le contabilizaron más de 280 mil asistentes en el Zócalo en septiembre pasado.

Lo que sí, es que los asistentes cantaron y corearon las canciones de la “motomami” que inició su evento 25 minutos después de las 20:00 horas.

Concluido el evento, apenas a las 21:35 horas, las autoridades capitalinas no habían dado a conocer el aforo en la plancha del Zócalo, pero al filo de las 23:oo horas la Secretaría de Cultura local aseguró que llegaron 160 mil seguidores, en tanto que la gente esperó algunos minutos esperanzados de que la catalana saliera a cantar una última canción, pero no fue así.

Para muchos, el dormir a la intemperie en la plancha del Zócalo para ser de los primeros en ingresar al primer espacio cercano al escenario, valió la pena. La luz y el sonido y ver a unos cuantos metros a su artista favorita, fue lo mejor.

 

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Todavía a las 17:00 horas el Zócalo capitalino no se veía a reventar, pero alrededor de las 19:00 horas la multitud se dejó ver.

Para las 20:20 horas, la presión empezó y se escucharon los silbidos para que la Rosalía saliera; tras un par de minutos, se apagaron y prendieron las luces, y a las 20:25 horas inició el tan esperado show con Saoko.

En lo que fue el cierre de su gira por el continente de su “motomami tour world”, y en agradecimiento al cariño de los mexicanos, la mujer salió a cantar con un atuendo negro y un top y botas arriba de las rodillas rojas.

Para las 20:28 horas, gritó: “buenas noches, México” y el Zócalo estalló; siguió con Bizcochito, canción que Spotify señala que en México es el país donde más se escucha Rosalía.

 

Le siguió ¡La Fama!, canción que con toques latinos que cantó con The Weeknd; “muchas gracias, México, ¿Cómo estáis? Me he terminado de enamorar de México, en esta plaza”, aseveró.

En su repertorio siguió De aquí no sales/Bulerías, que permitió disfrutar la potente voz de la española con una mezcla de flamenco pop; para después cantar La noche de anoche, que se volvió famosa por interpretarla con Bad Bunny.

Hombres, mujeres, chavos, adultos, niños corearon las letras de la española, como Linda y Diablo.

De repente, el escenario con fondo negro y una megapantalla en el fondo prácticamente se incendia con el color rojo fuego de las luces y la mujer decide soltarse el pelo.

Pone a todo el Zócalo a cantar con Despechá, la canción que tiene más de 600 millones de reproducciones.

Luego el escenario se vuelve tranquilo, con un color azulado y nubes: canta Llylm; sigue con Blinding Ligths y se pone a tocar el piano, desde donde mandó unos cuantos besos a sus seguidores con la cámara que la tomaba desde un costado, cantando Hentai.

“México quiero que sepas que estoy muy agradecida del cariño que mes ha dado desde el inicio de mi carreras. Hay mucha inspiración, durante muchos años estudié canciones como La llorona y a ver si cojo el tono”, cantando unas líneas de la emblemática canción que, dijo, hizo famosa Chabela Vargas, de quien hace algún tiempo, señaló, intentó igualar el tono de voz.

 

Para las 21:00 horas se sube al piano y canta Candy; para las 21:09 lanza Motomami, y Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno, sube a esa hora un pequeño video para evidenciar su asistencia al concierto desde sus oficinas.

“¿Mis motomami dónde están? Que se sientan”, gritó la Rosalía y la plaza gritó.

Las canciones siguieron, casi una tras otra, muy cortas: Pienso en tu mirá, La combi Versace, Con altura y puso a bailar y cantar a los asistentes, quienes esperaban que Rauw Alejandro, su novio y quien la acompaña en México, saliera a cantar Beso y Vampiros, pero no fue así.

Poco antes de las 21:30, Rosalía agradece a sus seguidores que acamparon desde un día antes: “Gracias por acampar aquí, a todos los que están aquí y en las calles, esta es pa’vosotros”, y canta Héroe, canción de Enrique Iglesias que lanzó en los 90s, y prende a la gente Cuenta su anécdota de “el aguachile”, que intentó prepararlo como uno que probó en México, pero no le salió, pero dijo que no descansará hasta lograrlo.

En el inter asegura que “Me está entrando hambre de tanto bailar, a ver si al rato me echo unos tacos, a huevo”, y de nuevo le aplauden; sigue con Malamente, Chicken Teriyaki y concluye con  CUUUUuuuuuute.

Para las 21:35 horas se da por terminado el concierto que se estimaba concluirá alrededor de las 22:00 horas, para las 21:47 horas el primer cuadro de la Ciudad de México ya se estaba vaciando y las 18 pantallas que se colocaron por varios puntos estratégicos no fueron tan necesarios, ya que por ejemplo, en la avenida 20 de noviembre, la gente llegó hasta la segunda que se tenía ahí dispuesta, señal de que todavía quedaron calles para abarrotar.