Pidió medicina. Le dieron una golpiza. Pasó en un IMSS de Colima. Un derechohabiente exigía su medicamento y terminó en el suelo, convulsionando, porque cuatro guardias lo agredieron. La imagen es brutal. Y lo más grave: no es un caso aislado. Es el síntoma de una crisis de salud que empeora.
Mientras se presume “recaudación histórica” desde Palacio Nacional, en los hospitales falta lo más básico. Faltan camillas, faltan sueros, faltan manos. Pero lo que sí hay es gente esperando. Esperando consulta, esperando medicina, esperando que los vean.
ESPERAR EN EL SUELO
IMSS de Macuspana, Tabasco, abril de este año. Médicos improvisaron con una botella de plástico para oxigenar a un bebé. ¿La solución del gobierno? Suspender al director del hospital.
El pasado fin de semana, pacientes fueron atendidos en el suelo en el IMSS de Tehuacán, Puebla. La autoridad lo negó, como siempre lo hace. Sin embargo, como estos casos, hay muchos. Las denuncias se acumulan.
Y es algo que Palacio Nacional ya no puede ocultar. Este fin de semana, la gira de Claudia Sheinbaum estuvo acompañada de protestas. No sólo de ciudadanos, sino del propio personal de salud.
En Puebla, trabajadores del Hospital de la Niñez Poblana la recibieron con pancartas: “¡Basificación, basificación!”, “Diez años sin prestaciones”, “Hoy heroínas, mañana olvidadas”.
Uno de ellos mostró su recibo: 3 mil 465 pesos por quincena. Menos que el salario mínimo. Y aun así, dobla turnos, da RCP, mueve camillas. Como muchos, trabaja sin plaza, sin seguridad social y sin futuro claro.
En Morelos y en el Estado de México, durante los eventos del programa Salud Casa por Casa, se repitió el reclamo. Enfermeras sin contrato fijo. Farmacias sin medicamentos. Equipos sin equipo.
¿Y EL DINERO?
En los primeros tres meses de este año, el gobierno dejó sin usar más de 45 mil millones de pesos para salud. No son cifras inventadas. Vienen del propio informe trimestral de la Secretaría de Hacienda.
Hablamos de dinero asignado a programas para vacunar, prevenir VIH, atender adicciones o comprar medicamentos… pero que no se gastó. El IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de Salud: todos tienen recurso asignado, sin embargo, los hospitales sufren de camas saturadas y farmacias vacías.
El problema también afecta a hospitales de especialidades: el Hospital General de México no ejerció el 18% de su presupuesto. El Manuel Gea González, el 40%. El Instituto de Nutrición, casi el mismo nivel. Incluso el Instituto Nacional de Cancerología dejó sin gastar más de 100 millones.
AUSTERICIDIO
Hace unos días, el gobierno federal presumió “ahorros en las compras de medicamentos”. Ahorros mientras existe desabasto de varios meses a causa de la corrupción en Birmex. Corrupción que viene… de la administración pasada.
Estos problemas en la salud pública no son menores. Hablamos de dejar sin mastografía a una madre, sin vacuna a una niña, sin tratamiento a un joven con VIH.
El gobierno puede prometer 15 mil Farmacias del Bienestar. Puede inaugurar nuevos hospitales. Puede contratar médicos cubanos. Pero si no hay insumos, si no hay condiciones, si no hay equipamiento… no hay salud, no hay vida.
No basta con decir “vamos a mejorar”. No alcanza con anunciar que “se contrataron 20 mil enfermeras” si no tienen seguridad social. Lamentablemente, falta voluntad. Y sobra cinismo.
EL DATO INCÓMODO
Eluzai Aguilar y Madián Menchaca, pertenecientes a La Luz del Mundo, ganaron cargos judiciales en Jalisco con 62 mil 671 y 43 mil 493 votos. Menchaca es hija del actual líder de la iglesia, sucesor de Nassón Joaquín, condenado por abuso infantil. La organización Defensorxs exigió impugnar sus triunfos: cuestionan si realmente cumplen con el requisito de “buena reputación”.