Sebastián Castro jugaba hasta que caía la noche en las calles del suburbio de Oak Lawn, al suroeste de Chicago, Illinois. Ahora, jugará en el Acrisure Stadium de los Pittsburgh Steelers tras ser reclutado como agente libre no reclutado después del NFL Draft 2025.
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Aquel niño que fue criado por sus abuelos debido a que con tan solo un mes de vida, tuvo que separarse de su padre, tras ser enviado a prisión, ahora recoge el fruto de esa semilla sembrada por don José y doña Teresa González, quienes se hicieron cargo de él y de su hermano Roque, mientras su madre iba a trabajar.
El egresado de los Iowa Hawkeyes, se proyectaba como una selección de ronda media en el Draft con potencial para ser un suplente de alto nivel o safety rotacional en la NFL, pero no fue elegido por ningún equipo durante las siete rondas de la Reunión Anual de Selección de Jugadores y han sido los Steelers quienes le han dado una segunda oportunidad con un contrato como rookie agente libre no reclutado.
Gracias a sus fortalezas en defensa terrestre, versatilidad y conocimiento del juego, los seis veces campeones del Super Bowl lo añadieron a su roster, al tratarse de una pieza valiosa en esquemas defensivos que priorizan el juego físico y el juego de caja. Si bien necesitará perfeccionar sus habilidades de cobertura, especialmente en situaciones individuales, Castro tiene las herramientas para contribuir en defensa y equipos especiales.
Castro presume raíces mexicanas debido a que sus abuelitos son originarios de Jalisco y Zacatecas. Ellos se convirtieron en sus modelos a seguir, pero aunque fue educado en el seno de una familia con tradiciones mexicanas, su contexto definió el camino que seguiría el resto de su vida, debido a que sus compañeros de escuela y amigos, lo orillaron a jugar futbol americano, a pesar de que le aterraban los golpes.
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Luego de cuatro años en Iowa, Sebastián se ganó un lugar en el cuarto equipo All-America gracias a sus 57 tacleadas, una intercepción, y dos balones sueltos forzados. Gracias a ello, fue seleccionado al segundo equipo All-Big Ten.
El ahora defensivo de Pittsburgh presume 93 kilogramos de corpulencia y 1.80 metros de altura. Creció con Ray Lewis de los Baltimore Ravens como su ídolo en el emparrillado y ahora, la vida lo ha puesto en el equipo más odiado por su ídolo en los emparrillados, toda vez que Saúl ‘Canelo’ Álvarez es su inspiración como mexicano.
“A veces lo olvido (su sangre mexicana), pero es una actitud que está arraigada en mí. Me distingue de alguna manera. Por eso sigo a muchos de los mejores atletas mexicanos de otros deportes, como ‘Canelo’. Me encanta ser mexicano, probablemente no sería el mismo deportista si no lo fuera, por la forma en que me criaron y cómo me inculcaron esa condición”, dijo sobre su paisano boxeador meses atrás. Ahora, será él quien intente poner en alto la Bandera de México en la NFL.

Foto: Cortesía sebastian_castro28



