Sector privado advierte menor dinamismo del consumo antes de concluir 2022

18, diciembre 2022

AIDA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

El consumo en el país concluirá el año con un menor dinamismo, tras un bajo uso del dinero plástico, que en conjunto es un reflejo de la confianza del consumidor.

“La evolución reciente del Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y las ventas con tarjetas de crédito y débito sí sugieren una desaceleración del consumo en los últimos días del año, que sería congruente con las expectativas de bajo dinamismo económico para el 2023”, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Recordó que el monto operado con tarjetas no es un previsor exacto del consumo y adelantar el comportamiento de diciembre en su conjunto con sus datos de la primera semana es aún prematuro.

Sin embargo, indicó que el consumo es un indicador que refleja el ánimo y el dinamismo de la economía en su conjunto; se relaciona con la “confianza del consumidor”, es decir, lo que esperan los hogares acerca de su economía.

“En la medida en que su expectativa a futuro sea positiva -de mejores ingresos, empleo o negocios- es probable que su consumo sea mejor hoy y viceversa”, señaló en su análisis semanal.

Pero observó que el consumo también se ve influido por factores contemporáneos como la disponibilidad de empleos y el ingreso de los trabajadores independientes o empleados, que éstos a su vez dependen del dinamismo de la actividad económica general.

El organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), señaló que el indicador de consumo privado (ICP) -que publica el INEGI y está disponible sólo a septiembre en este momento-, muestra una evolución razonablemente favorable en su evolución secuencial -mes a mes-, acumulando tres meses consecutivos con variaciones al alza y su nivel ya supera en casi 4.0 por ciento al previo a la pandemia por Covid.

Sin embargo, y aun sin tener más datos, el CEESP considera que “este dinamismo del consumo está probablemente relacionado con el aumento del salario mínimo –que ya se preveía-, con las cuantiosas transferencias a los hogares mediante los programas sociales del Gobierno Federal y con la entrada significativa de remesas del exterior al país”.

Aun con todo ello, considera que mientras los pronósticos de varios indicadores económicos muestran mejoras recientes para el cierre del año, “parece que se observan señales que sugieren un nuevo estancamiento”.

En el caso específico del consumo privado, las estimaciones oportunas del INEGI (IOCP) prevén que en octubre y noviembre el indicador tuvo crecimientos anuales sustantivos (superiores al 6.0 por ciento), pero un crecimiento secuencial implícito en noviembre negativo, -0.7 por ciento, respecto a octubre.

“Los indicios de desaceleración del consumo se pueden inferir también a través de las operaciones de tarjetas de crédito y débito. El monto de éstas tiene una correlación estadísticamente significativa con el consumo medido con el ICP y, además, su información hasta la primera semana de diciembre está ya disponible”, agregó.

En ese sentido, aseveró que el crecimiento anual del monto de operaciones con tarjetas en términos reales ha declinado desde septiembre hasta la primera semana de diciembre, lo que permite anticipar que para finales del año se seguirá debilitando este indicador, incluso considerando los recursos que recibirán los hogares como compensaciones de finales del año.

En agosto pasado el crecimiento anual en términos reales de las operaciones con tarjetas alcanzó casi 18 por ciento, en noviembre más de 12 por ciento y en la primera semana de diciembre sólo 5.6 por ciento.