NORMA GABRIELA LÓPEZ
Globalmente, 90% de los más de 200 millones de desplazamientos migratorios anuales responde a razones laborales; lo que genera grandes retos para que la obtención de ingresos ofrezca protección de seguridad social.
La población migrante que tramita estancia temporal puede acceder en el país de destino a un piso mínimo de seguridad social -derecho humano básico-. Sin embargo, regresando a su patria pierde tales prestaciones. Esto se agrava para quienes migran y desarrollan trabajos sin cobertura obligatoria de seguridad social o se encuentran en situación irregular que impide realizar formalmente una actividad.
Las personas migrantes generan beneficios para el país de origen y de destino; entre estos: remesas, ingresos fiscales, crecimiento económico, transferencia de habilidades y reducción de desempleo.
Un universo considerable de éstas aporta sus mejores años productivos sin que esto garantice en vida adulta, al menos, cobertura de salud y pensión. Así es, aun con ciertos periodos de aseguramiento en un país, en otro puede incumplirse el requisito acumulativo de cotizaciones para gozar de beneficios de largo plazo de seguridad social.
En aras de derechos de trabajadores migrantes se han suscrito tratados “de totalización y portabilidad de periodos cotizados”; no obstante, diversos mecanismos intrincan diseñar esquemas de protección que permitan considerarlos “ciudadanos del mundo”, con acceso a seguridad social.
Reconociendo el impulso tecnológico a la generación de ingresos no vinculados a subordinación laboral, el IMSS extiende la seguridad social a cualquier persona que elija contratar aseguramiento bajo su Prueba piloto para personas trabajadoras independientes.
La Prueba permite que, recurriendo a la página IMSS, toda persona cuente sencillamente con aseguramiento según su ingreso mensual, semestral o anual; tras pago, con acceso a atención médica, incapacidades, riesgos de trabajo, pensión por invalidez, ahorro para el retiro, guardería y prestaciones sociales.
Si bien la Prueba se concibió para más de 13 millones de personas con actividades no subordinadas en el país, ha contribuido a que mexicanos en el extranjero gocen en territorio nacional de seguridad social, con la correspondiente protección de sus familias.
La Prueba es una luz al final de un túnel que puede conferir a personas trabajadoras migrantes en cualquier parte del mundo acceso sostenible a prestaciones de seguridad social de largo plazo en México; de este modo, al margen de decisiones de vida y de los países en donde trabajen, el IMSS les garantiza acceso a seguridad social.
Para más información sobre la Prueba: www.imss.gob.mx/personas-trabajadoras-independientes
Directora de Incorporación y Recaudación del IMSS
*Extracto del documento con el que la autora sustentó su reciente ingreso a la Academia Mexicana de Derecho Internacional
