El ascenso de Santiago Giménez parece no tener techo. El delantero del AC Milán atraviesa el mejor momento de su carrera y lo acaba de confirmar con un logro histórico que muy pocos habrían imaginado hace apenas un par de años.

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Según el portal especializado Transfermarkt, el canterano de Cruz Azul se convirtió en el futbolista mexicano más caro de todos los tiempos, superando a grandes referentes del balompié nacional que marcaron época en Europa.

Un nuevo récord para el fútbol mexicano

Con una valoración de 50 millones de euros en 2024, el “Bebote” alcanzó la cifra más alta registrada para un jugador nacido en México. Con ello, supera a Raúl Jiménez, quien en su etapa con el Wolverhampton llegó a estar valuado en una cantidad similar, aunque bajo circunstancias muy distintas.

De La Noria al estrellato europeo

El crecimiento de Giménez ha sido meteórico. En 2022, cuando dejó Cruz Azul para unirse al Feyenoord de Países Bajos, su valor apenas rondaba los 4 millones de euros.

Tan solo dos años después, su rendimiento goleador y liderazgo dentro del campo le permitieron multiplicar su cotización más de diez veces. Además, fue pieza clave en el campeonato de liga del Feyenoord y en su clasificación a competencias europeas.

El nuevo referente del Tricolor

En la Selección Mexicana, su papel también se ha transformado por completo. Lo que empezó como una opción secundaria en el ataque terminó convirtiéndose en el referente principal del nuevo proceso rumbo al Mundial 2026. Su capacidad goleadora, movilidad y temple lo perfilan como el sucesor natural de los históricos delanteros del Tri.

Impacto y liderazgo dentro y fuera del campo

Más allá de las cifras, este aumento de valor refleja el impacto real que Giménez ha tenido tanto en su club como en la selección nacional. En una etapa en la que México busca una nueva generación de figuras, Santi representa la esperanza y el nuevo rostro del fútbol tricolor.

Una carrera que inspira

Con apenas 24 años, Santiago Giménez ha roto una barrera simbólica que va más allá del mercado. Ser el jugador mexicano más caro no es un reconocimiento oficial, pero sí una clara señal del respeto, el talento y la proyección internacional que ha alcanzado.