En la historia de la Copa del Mundo, la Selección Mexicana ha tenido momentos brillantes y otros llenos de frustración. Aunque el Tri nunca ha llegado más allá de los cuartos de final, hubo una edición que dejó un hecho insólito: se fueron eliminados sin perder un solo partido en tiempo regular.

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El Mundial donde México no perdió

Esa curiosa ironía sucedió en el Mundial de México 1986, torneo en el que la escuadra dirigida por Bora Milutinovic se quedó cerca de hacer historia. El Tri fue eliminado en los cuartos de final frente a Alemania, pero lo sorprendente fue que ningún rival logró derrotarlos en los 90 minutos ni en la prórroga.

La aventura mundialista comenzó con fuerza. México venció 2-1 a Bélgica en su debut, después igualó 1-1 con Paraguay y cerró la fase de grupos con un sólido triunfo 1-0 frente a Irak. Con estos resultados, el Tri terminó como líder de su sector y con la ilusión de millones de aficionados que soñaban con llegar a semifinales.

El recuerdo imborrable contra Bulgaria

En octavos de final, la Selección Nacional regaló uno de los momentos más icónicos en la historia del futbol mexicano: el 2-0 frente a Bulgaria, adornado con el gol de tijera de Manuel Negrete, considerado hasta hoy como uno de los más bellos en la historia de los Mundiales. Ese tanto sigue siendo recordado como un símbolo de orgullo para el futbol mexicano.

Invictos, pero eliminados

El gran reto llegó en los cuartos de final contra la poderosa Alemania Federal. Durante 120 minutos, mexicanos y alemanes no se hicieron daño y el marcador se mantuvo en ceros. El pase a semifinales tuvo que definirse desde el manchón penal, donde México cayó 4-1 en la tanda de penales y vio desvanecerse su sueño.

La estadística final de México en ese torneo fue de tres victorias y dos empates, sin conocer la derrota en tiempo regular ni en tiempo extra. Sin embargo, la lotería de los penales marcó su destino y los dejó fuera de casa, en el Mundial donde la afición más creyó en ellos.