Vaya manera de definirse una de las semifinales más cardíacas de los últimos tiempos. Con un final lleno de emociones, goles y nervios, América le ganó 3-4 a Cruz Azul en la vuelta de las semifinales en el Estadio Ciudad de los Deportes y avanzó a la Gran Final ante Rayados.
Las Águilas se meterán por tercera vez consecutiva en una serie por el título y ya con un Bicampeonato a cuestas, es histórico lo que ha conseguido este equipo de André Jardine, porque en sus manos está conseguir un tricampeonato que sería histórico.
Y Cruz Azul se quedó más lejos del título que hace seis meses; de nuevo sucumbió ante su más grande enemigo y de nuevo, como ha pasado en los últimos 25 años, las Águilas les hicieron ver su suerte en una serie de matar o morir.
Foto: Mexsport
Mucho empuje de su afición, muchas ganas de ver a este Cruz Azul de Martín Anselmi en su segunda Final, pero la Máquina no respondió en el campo en la primera mitad, mientras que América salió con una idea muy clara: la de pararse muy bien atrás y sorprender cuando tuviera oportunidad.
Para este juego, André Jardine buscó sorprender a Martín Anselmi a través del dominio del mediocampo. Y para eso metió al veterano Jonathan dos Santos, también con funciones de líbero, al igual que Richard Sánchez para acompañar a Álvaro Fidalgo.
Interesante inclusión la de Jardine sobre todo con Jona dos Santos, porque en fase defensiva lo metía de líbero entre Ramón Juárez y Sebastián Cáceres, si bien también Israel Reyes fungía como tercer central, mientras que los carrileros Cristian Borja y Kevin Álvarez estaban más sueltos para ir al ataque.
Desde esos movimientos en su once inicial, Jardine le comenzó a ganar la partida a Anselmi, que para este encuentro no le movió mucho más a su equipo que poner a Giorgos Giakoumakis de punta en lugar de Ángel Sepúlveda.
El asunto es que el control del mediocampo con Jona, Richard y Fidalgo, superando a Charly Rodríguez, Lorenzo Faravelli, Alexis Gutiérrez y Luis Romo, quien intentó jugar más adelantado en la primera mitad del juego, le permitió a América sorprender y mucho al equipo celeste.
Y el arma para ello fue Alejandro Zendejas; el volante méxico-estadounidense, lució imparable en los primeros 45 minutos. Los jugadores cementeros, por momentos no sabían ni de dónde arrancaba el bajito pero escurridizo futbolista.
De pronto lo hacía desde zona defensiva como carrilero por izquierda; después, desde el mediocampo como volante central hasta convertirse en media punta, y por supuesto que desde su posición natural como volante por derecha.
Zendejas fue una especie de comodín en el campo; porque les aparecía por aquí, por allá y por doquier; sin que los muchachos de Anselmi supieran cómo detenerlo.
La polivalencia de Zendejas pronto le dio dividendos al América, que en esta Liguilla ha sido señalado de “jugar al error” de su rival, como si fuera algo prohibido en el futbol, en vez de que sus rivales hagan algo por no cometer pifias.
Como la que cometió Cruz Azul al 15′ en la marca, porque en una ofensiva azulcrema fallaron en impedir los circuitos y en tres cuartos de cancha, Richard Sánchez le cedió la pelota a Zendejas; Alex controló y sacó un muy buen disparo raso que iba al poste, imposible para Kevin Mier.
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Con el 0-1 en este juego y en el global, hasta América ya estaba en la Gran Final del Apertura 2024, mientras que a este Cruz Azul de Anselmi, que terminó líder, que enamoró a su afición y que la hizo soñar, una vez más se le presentaban los fantasmas de la derrota y de quedarse a un paso del título.
Mientras América controlaba las acciones del campo antes y después del gol de Zendejas, la Máquina recargó su juego ofensivo a la derecha; principalmente, con Nacho Rivero que como lateral intentó algunos centros, todos ellos malos, al grado de que el técnico Anselmi se desperó con el uruguayo y tuvieron una pequeña discusión en la línea de banda.
¡El ÁGUILA pegó primero esta noche en el Clásico Joven!🦅💥
Cruz Azul tenía que buscarle por otro lado, porque uno de sus mejores hombres en todo el semestre, Carlos Rotondi, no había tenido una sola proyección al ataque, si bien estaba muy bien controlado por Kevin Álvarez en esa zona del campo.
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Los dos equipos salieron igual para los segundos 45 minutos, pero ahora la obligación era toda para Cruz Azul de al menos encontrar el empate en el global para avanzar a la Final y seguir soñando con la décima.
Sin embargo, otra vez América capitalizó un error cementero que terminó por sepultar al líder de este torneo. Al 49′, en zona defensiva, Gonzalo Piovi y Carlos Rotondi fallaron en controlar una pelota; ahí, Zendejas se las ganó y se la cedió a Richard Sánchez.
El paraguayo, quien ni siquiera es titular en el América pero que para este partido Jardine decidió sorprender con él, demostró que insertarlo de titular fue la decisión perfecta.
Pegado a la banda, el guaraní observó que el arquero Kevin Mier estaba adelantado y sacó un disparo bombeado para clarear al colombiano y poner el 0-2.
Ya sea por iniciativa propia, por forma de juego o por estrategia de Anselmi, Mier jugó así todo el torneo: muy adelantado de su marco de forma muy temeraria y si bien durante todo el torneo recibió aplausos por eso, esta vez fue el pecado con una penitencia muy cara.
Aunque por un momento, Cruz Azul hizo soñar a su afición con una recuperación histórica y mágica. Al 69′,Nacho Rivero recibió una pelota dentro del área y definió de gran forma para poner el 1-2.
Así, a los celestes solamente les hacía falta un gol para meterse a la Final y dejar en el camino al acérrimo rival que tantas desgracias les ha dado en Liguillas desde hace 25 años, incluídos tres títulos
Sin embargo, una vez más Cruz Azul volvió a fallar y América a facturar. Al 72′, tiro de esquina desde la punta de la izquierda, nadie de Cruz Azul brincó adecuadamente y el central del América, Ramón Juárez, conectó cabezazo seco abajo para vencer a Kevin Mier y poner el 1-3.
Mazazo durísimo para el local que parecía ya no tenía forma de levantarse. Sin embargo, minutos antes de ese gol, Anselmi había metido a Gabriel “Toro” Fernández en lugar de un muy apagado Giakoumakis, quien en su primer semestre en México ha quedado muchísimo a deber.
En la primera que tuvo clara al 80′, el Toro la mandó al fondo de las redes, gracias a un muy buen cabezazo dentro del área chica, luego de un preciso centro de Jorge Sánchez quien había entrado de cambio también en el segundo tiempo.
Así que una vez más, Cruz Azul estaba a un gol de la hazaña, a un gol de resurgir de una muerte que estaba casi anunciada y tenía diez minutos más el agregado para conseguirlo; mientras que América tenía que resistir a como diera lugar y para eso André Jardine metió todos los cambios defensivos que pudiera.
Y en la agonía llegó un gol de otro partido para que el estadio se cayera a pedazos en júbilo, gozo y felicidad para los cementeros, gracias a un auténtico golazo del chico Amaury Morales, quien conectó una volea impresionante para poner el 3-3 a favor de Cruz Azul y así el pase a la Final.
Pero el destino estaba escrito que los errores cementeros iban a matar a esta Máquina. En la siguiente jugada, un recargón de Carlos Rotondi por la espalda de Erick Sánchez dentro del área, fue marcada de inmediato como penal por el árbitro Adonaí Escobedo.
La afición cementera reclamaba robo, reviviendo aquel amargo recuerdo de la Final de hace seis meses, justo en que una falta de Rotondi dentro del área a Israel Reyes, fuera la diferencia para que el título fuera para los azulcrema.
El árbitro Adonaí Escobedo ni siquiera la fue a revisar al VAR y tampoco le hablaron para ello, por lo que Rodrigo Aguirre se encargó de cobrar de manera correcta y poner el 3-4 para América y así avanzar a la Final, si bien el uruguayo se fue expulsado por doble amarilla, una de ellas, por quitarse la playera en el festejo.
Después vinieron 12 minutos de agregado, en los que Cruz Azul se fue a todo y nada en busca de otro gol milagroso, pero esta vez no llegó y se quedó fuera de la Final, otra vez a manos del América.
La Máquina de Anselmi se murió por sus errores, por sus malas decisiones y porque esta vez, al joven técnico maravilla se lo devoró uno muchísimo más experimentado como lo es André Jardine, quien desde el planteamiento inicial se lo devoró en el campo y lo dejó tirado.
Hasta aquí llegó un Cruz Azul que volvió a defraudar a su afición, que dio una muy mala Liguilla, y que el torneo de 42 puntos solamente quedará como un buen recuerdo pero sin título. La afición, sintiéndose robada, terminó el juego gritándole: “rateros” a los silbantes, llenos totalmente de frustración.
Y América ha seguir soñando con un tricampeonato que sería histórico en los torneos cortos, pero para ello deberá superar a un durísimo Monterrey que está imparable y que tras las semifinales es el máximo candidato al título.