ROSA GUADALUPE RODRÍGUEZ GARCÍA
La donación de órganos y tejidos es el acto más grande de altruismo y amor para ayudar a quienes tienen una enfermedad crónico-degenerativa, cuya única opción es el trasplante.
La donación se puede realizar después de un paro cardiorrespiratorio, por muerte encefálica y en vida; todas las opciones involucran a la familia para tomar la decisión más difícil en el momento más triste de su vida.
En México se requiere reforzar la cultura de la donación, quienes estamos involucrados tenemos la oportunidad de sensibilizar a las personas para lograrla y ayudar a salvar más vidas.
En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) capacitamos al personal de salud sobre el proceso de donación y realizarlo de la mejor manera.
La logística de la donación es a través de una red de hospitales donde se informa diariamente de las urgencias nacionales. Los hospitales que cuentan con programa de donación y trasplantes pueden apoyar a sus pacientes que se encuentran en la lista de espera.
Desde mi experiencia de vida como trasplantada, hace 8 años fui diagnosticada con fibrosis hepática grado II a causa de hígado graso; la sintomatología fue presentar sangrados, múltiples hematomas y cansancio sin causa aparente.
Fui tratada durante 7 años sin resultados positivos, mi enfermedad avanzó y decaí emocional y físicamente, afectando mi salud, mi vida personal, laboral y económica.
En marzo del 2022 me diagnosticaron cirrosis hepática y dieron como única alternativa el trasplante hepático.
Al recibir la noticia decaí y perdí la esperanza a vivir porque sabía que tener acceso a un trasplante era difícil debido a la gran lista de espera que existe.
Sin embargo, gracias al programa de trasplantes del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza del IMSS, llegó el momento y fui protocolizada para un trasplante y después de dos opciones me notificaron que había un donante compatible.
Al ingresar a quirófano tenía la certeza de que estaba en las manos de personal altamente capacitado y comprometido; había dos opciones, rechazar el trasplante o morir, en este último caso dispuse y notifiqué a mi familia que mi deseo era donar y ayudar, como me habían ayudado.
Como pos-trasplantada tengo restricciones para que mi cuerpo no rechace el órgano y en tres meses retomé mis actividades; con mi experiencia vivencial decidí sumarme al personal IMSS para sensibilizar a más personas sobre la cultura de donación.
Ahora, desde la Coordinación de Donación de Órganos del Hospital de Traumatología, Magdalena de las Salinas, capacito al personal sobre el proceso de donación y los sensibilizo para que sean donadores altruistas.
Al entrevistar a familiares de un posible donador, lo más importante es crear un vínculo y empatizar, explico mi experiencia para que vean que la donación existe y cambia la vida de una persona.
Agradezco a mi donador y a su familia, por su regalo de vida; una forma de trascender es a través de la donación.
Enfermera Especialista Quirúrgica, Hospital de Traumatología Dr. Victorio de la Fuente Narváez




