Genaro García Luna, quien fuera secretario de Seguridad Pública durante el mandato de Felipe Calderón, recibió una sentencia de 466 meses de prisión, equivalente a casi 38 años, el 16 de octubre de 2024. La sentencia fue dictada en la Corte de Brooklyn, Nueva York, donde se le imputaron cinco cargos relacionados con el narcotráfico, luego de haber sido encontrado culpable en febrero del año pasado.
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Durante la audiencia, García Luna se presentó vestido con traje azul, en lugar del uniforme de prisionero. En la sala estuvieron presentes su esposa, Linda Cristina Pereyra, y su hija, así como varios periodistas. El juez Cogan, además de sentenciar a García Luna, también se prepara para dictar veredictos en casos relacionados con otros líderes del narcotráfico, como Ismael “El Mayo” Zambada.
🚨 Genaro García Luna, sentenciado a 38 años de cárcel por narcotráfico y delincuencia organizada https://t.co/dRGeNCfRxN vía @elpaismexico pic.twitter.com/1ddofEj5YE
— Azucena Uresti (@azucenau) October 16, 2024
La Fiscalía de Estados Unidos había solicitado la pena máxima de cadena perpetua para García Luna, argumentando que permitió la operación de cárteles como el de Sinaloa y los Beltrán Leyva a cambio de millonarios sobornos. Durante el juicio, que duró un mes, diversos testigos colaboradores, entre ellos Jesús “El Rey” Zambada y Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, revelaron la magnitud de los sobornos y la relación del exfuncionario con el narcotráfico.
Por su parte, la defensa de García Luna, encabezada por César de Castro, intentó reducir la condena solicitando una sentencia mínima de 20 años, lo que le permitiría salir de prisión en aproximadamente 15 años, considerando el tiempo que ya ha pasado en prisión desde su arresto en diciembre de 2019. Sin embargo, el juez decidió imponer una pena considerablemente mayor.
García Luna fue condenado por cinco delitos, entre ellos conspiración para la distribución e importación de cocaína, participación en una empresa criminal continuada y falsedad de declaraciones ante autoridades estadounidenses. Estos cargos fueron sustentados en el testimonio de 26 testigos, quienes demostraron que el exsecretario conspiró con el cártel de Sinaloa para el tráfico de grandes cantidades de droga hacia Estados Unidos.
Con esta sentencia, se cierra un capítulo más en la lucha de Estados Unidos contra la corrupción y el narcotráfico en México, un caso que involucró a uno de los más altos funcionarios del gobierno mexicano y reveló los profundos vínculos entre la política y el crimen organizado.
Este miércoles, el juez Brian Cogan finalmente dictará sentencia a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad de México, quien fue hallado culpable de narcotráfico y corrupción en 2023. Este proceso ha captado gran atención debido al alto perfil del acusado y a las implicaciones de sus crímenes en el ámbito de la seguridad nacional.
García Luna fue declarado culpable en febrero de 2023 por un jurado ciudadano, pero la audiencia de su sentencia ha sido postergada en cinco ocasiones. Originalmente, estaba prevista para junio del año pasado, lo que ha generado expectativas y especulación sobre el desenlace final del caso.
García Luna, ascenso y caída del superpolicía de los gobiernos panistas
De ser presumido en México y el extranjero como el superpolicía que combatía el narcotráfico, uno de los mayores flagelos que azotan a los mexicanos, Genaro García Luna terminará su vida en una prisión de Estados Unidos, pues fue condenado a 38 años de cárcel. Con esto se termina la historia de uno de los hombres más poderosos del sexenio calderonista y mano derecha del expresidente.
Nacido en la Ciudad de México en 1968, de una familia proveniente de Michoacán, García Luna se graduó como ingeniero mecánico en la Universidad Autónoma Metropolitana y muy joven, en 1989, fue reclutado como agente investigador del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el área de inteligencia de la Secretaría de Gobernación de los gobiernos priistas.
De acuerdo con el expresidente Andrés Manuel López Obrador, hay registros de que, como integrante del Cisen, acudió en 1994 a Tijuana, Baja California, para rescatar al segundo tirador en el asesinato de Luis Donaldo Colosio, quien se supone también era agente del Cisen.
Después de esos años, la carrera de García Luna fue en ascenso y en 1999 se incorporó a la Policía Federal Preventiva, donde delineó estrategias contra la delincuencia y para garantizar la seguridad en el país.
El 1 de septiembre de 2001, el entonces presidente Vicente Fox Quesada, el primero de la transición, lo designó como director de la Agencia Federal de Investigación (AFI).
Al frente de la AFI recibió apoyo técnico y capacitación de policías de España, Francia, Alemania, Colombia y Estados Unidos.
Posteriormente, con la llegada de Felipe Calderón a la presidencia de la República, en 2006, fue designado Secretario de Seguridad Pública y encabezó la estrategia de seguridad, con la que el gobierno panista declaró la guerra al narcotráfico.
El también llamado zar antinarco de México recibió a lo largo de su trayectoria diversos premios y reconocimientos internacionales, incluso del gobierno de Estados Unidos, donde era visto como un aliado.
Recibió el premio a la excelencia por parte del Centro de Investigación y Seguridad Nacional a funcionarios destacados.
En 1996 en la Policía Federal recibió la Medalla al Valor, por su valentía y desempeño en el combate al crimen.
Asimismo, obtuvo la orden del Mérito Policial, con distintivo rojo, una condecoración otorgada por el gobierno de España en octubre de 2011.
Incluso, ya preso, el sistema de reclusorios de Estados Unidos le entregó un reconocimiento por su papel en apoyo a otros reclusos.
Al término del sexenio de Felipe Calderón, García Luna y su familia se trasladaron a vivir a Estados Unidos, donde se dedicaron a distintos negocios privados, hasta que, sorpresivamente en 2019, el superpolicía fue detenido en Estados Unidos, acusado de negociar por año con el cartel de Sinaloa.
Tras cuatro años de juicio, en 2023, fue declarado culpable de cinco cargos en una corte de Nueva York por el juez Brian Cogan, el mismo que sentenció a cadena perpetua a Joaquín El Chapo Guzmán.
Los cargos en su contra son, conspiración para la distribución internacional de cocaína, conspiración para la importación de cocaína, participación en una empresa criminal continua, con el Cartel de Sinaloa en particular y declaraciones falsas por haber mentido en su solicitud para obtener la ciudadanía estadounidense en 2018, ocultando sus actividades y antecedentes.
PACTÓ CON CARTEL
Las investigaciones realizadas por las autoridades de Estados Unidos, que terminaron con la condena a García Luna, se basaron en los testimonios de narcotraficantes y personajes cercanos al Cártel de Sinaloa.
Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, en exmiembro del Cártel de los Beltrán Leyva, detalló los sobornos y la protección que García Luna brindó al Cártel de Sinaloa. Asimismo, Édgar Veytia, “El Diablo”, quien fue fiscal del estado de Nayarit, testificó sobre la corrupción y los vínculos del extitular de la SSP con el narco.
A estos se sumó, Héctor Nava Valencia, alias El Lobo, atestiguó que el superpolicía recibió multimillonarios sobornos.
De acuerdo, con los testimonios, corroborados por las autoridades, García Luna recibió sobornos multimillonarios del Cártel de Sinaloa a cambio de permitir que operaran con impunidad en México y uso posición como Secretario de Seguridad Pública para proteger a los líderes del cártel y facilitar sus actividades ilícitas.
También, entregó información confidencial y apoyo logístico al cártel, ayudándoles a evitar operativos policiales y militares, además de manipular investigaciones y operaciones de seguridad para favorecer al narcotráfico.




