Al confirmar que México posee uno de los entornos comerciales más robustos del mundo y que el T-MEC continúa en vigor sin riesgo de caducidad, ya que el propio diseño del tratado prevé una revisión técnica que no equivale a cancelación, la presidenta Claudia Sheinbaum acotó la interpretación difundida en Estados Unidos sobre su posible finalización.

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Afirmó que Donald Trump expresó su postura con un estilo que suele generar sobresaltos, pero insistió en que el acuerdo se mantiene intacto porque las fechas no contemplan suspensión automática, sino un proceso ordenado para evaluar y corregir pendientes en el comercio de América del Norte.

Sheinbaum indicó que México conservó una posición privilegiada frente a los incrementos arancelarios aplicados por Estados Unidos al resto del mundo, lo que confirmó la solidez de la integración trilateral y el peso de las cadenas manufactureras comunes, especialmente en automóviles, acero y aluminio, donde concluyó la revisión de 54 barreras no arancelarias.

Explicó que su encuentro con Donald Trump será breve pero necesario para abordar el estado del tratado, las áreas de cooperación industrial y los ajustes derivados de la evaluación, además de conversar sobre cómo fortalecer el flujo comercial y evitar afectaciones a empresarios que dependen de exportaciones.

La mandataria consideró que una ruptura entre las economías norteamericanas generaría problemas mayores para los tres países, ya que la interdependencia alcanzó niveles profundos en empresas que producen y distribuyen bienes con insumos de México, Estados Unidos y Canadá, lo que hace indispensable mantener mecanismos comunes.

Subrayó que México defenderá la soberanía regional frente a incursiones estadounidenses en el Caribe y recordó que la postura mexicana se basa en el derecho internacional, la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, principios que ha reiterado en conversaciones con Trump.

La presidenta resaltó que la presencia simultánea de los tres gobiernos en el sorteo del Mundial 2026 simboliza una etapa de cooperación y estabilidad, ya que el evento mostrará que América del Norte cuenta con una base industrial sólida y un marco jurídico competitivo.

Comentó que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos son esenciales para la economía norteamericana, por lo que su conversación con Trump incluirá reconocimiento a su aportación y la necesidad de políticas que no afecten su papel en sectores agrícolas, industriales y de servicios.

La titular del Ejecutivo recalcó que los empresarios pueden estar seguros de que la revisión del T-MEC no representa un retroceso, ya que la evaluación técnica permite afinar temas sin alterar los cimientos del acuerdo, manteniendo certidumbre para exportadores e inversionistas.

Señaló que México promoverá una visión continental que integre a más países del sur del continente, ya que la región enfrenta competencia de Asia y Europa, y sostuvo que la combinación de recursos, industria y tecnología puede generar mayor fortaleza si se mantiene una estrategia común en comercio e innovación.