Por fin se hizo pública la carta que la presidenta Claudia Sheinbaum envió a su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el pasado 10 de abril. La misivia fue leída ante los 364 consejeros nacionales, además de algunos morenistas notables, como funcionarios del gabinete, primer círculo y mandatarios estatales.
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La carta pretende ser un golpe de timón con un propósito esencial: regresar a los principios fundacionales del partido, trazados por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. La base de esta nueva ruta de navegación tiene su fundamento en tres elementos: la austeridad, la prohibición de actos anticipados de campaña y el rechazo al nepotismo.
Después de recordar el largo camino de su movimiento y luego obtener la Presidencia de la República en dos votaciones consecutivas a partir de 2018, la carta afirma: “Se demostró que es posible un nuevo modelo de desarrollo. Se probó que cuando hay honestidad y la economía se riega desde abajo, hay resultados”. Y en estos meses de su gobierno, sostiene, “hemos mantenido nuestro rumbo, hay honradez y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos, se mantienen y aumentan los programas de bienestar que apoyan a más de 30 millones de familias”.
En ese sentido, pide a los militantes Morena no caer “en el sectarismo, ni por el contrario, en el exceso de pragmatismo sin principios”. Advierte que “la línea suele ser delgada, pero hay que combinar principios con eficacia. Con más razón ahora que existe una derecha neofascista y voraz, se requiere la unidad de todos los que nos situamos en el abanico de las fuerzas progresistas“.
Y a continuación enumera algunos puntos que plantea como hoja de ruta: “Todos los militantes de Morena deben conducirse con honestidad, humildad y sencillez”; “las y los legisladores no deben andar en congresos internacionales, usando recursos públicos para viajar al extranjero”; “que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo”; “No a un partido de Estado. El gobierno de la república cumple sus tareas para la transformación del país y el partido cumple las suyas”; “Debe mantenerse fuerte y sólido el instituto de formación política, que consolide el humanismo mexicano como nuestro pensamiento y que continúe con la revolución de las conciencias”.
Asimismo, “Morena es Partido y Movimiento. La movilización social para defender los derechos del pueblo de México y la consolidación de nuestro pensamiento debe seguir siendo nuestra fortaleza”; “Los gobiernos emanados de Morena deben garantizar la austeridad republicana y la cercanía con el pueblo y el principio de por el bien de todas y todos primero los pobres”; “No puede haber colusión con la delincuencia, ni organizada ni de cuello blanco”, y “Debe garantizarse que los candidatos y candidatas sean decididos por el pueblo a través de las encuestas”.
Al final de la misiva, la presidenta enfatiza que “para la participación en la elección del 2027, es importante que haya reglas claras”. Y sugiere que el Comité Ejecutivo de Morena “las proponga al Consejo en enero de 2026, cumpliendo con las leyes electorales”. Y remata: “Pensemos siempre que el poder es humildad. Esos fundamentos son lo que nos han permitido reconstruir nuestro país y sacarlo adelante después de la larga noche del neoliberalismo. No nos confiemos. Es mucho lo está en juego, el presente y el futuro de nuestra nación. Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.

Claudia Sheinbaum. Foto: Cuartoscuro 


