Bajo el cruel solazo del mediodía y plantada en su templete, Claudia Sheinbaum volvió a explicar el motivo del mitin dominical en el Zócalo: “Nos reunimos para congratularnos, porque en la relación con Estados Unidos prevaleció el diálogo y el respeto, y fueron levantadas las tarifas o aranceles que se estaban aplicando a productos que exportamos hacia el vecino país”.
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Este es un logro, dijo animosa, “de todas y de todos, pues, como bien saben, esta asamblea fue convocada originalmente con el fin de anunciar una estrategia y acciones que habíamos preparado con meses de anticipación, por si (el jueves pasado) no llegábamos a algún acuerdo. Por fortuna, ha prevalecido el respeto entre nuestras naciones (y eso evitó que se detallara el contraataque comercial)”.
El jueves 6 de marzo, relató Sheinbaum, se realizó la llamada entre presidentes a través de la cual Estados Unidos otorgó un nuevo plazo de un mes para aplicar los aranceles a los productos mexicanos.
Y en ese momento la presidenta justificó su confianza: “Ahora quiero expresarles por qué somos optimistas. Estados Unidos anunció que el próximo 2 de abril pondrá aranceles recíprocos a todos los países del mundo. Es decir, si algún país le cobra por sus exportaciones, Estados Unidos lo hará también.
Eso es lo que han dicho nuestros vecinos. Sólo que México no está en ese ámbito, pues nosotros, desde hace 30 años, hemos firmado dos tratados comerciales con los que se establece que ni México tiene aranceles con Estados Unidos ni ellos con nosotros. De esta manera, no tendrían que aplicarse aranceles recíprocos”.
Y enfatizó que, gracias al apoyo de la ciudadanía, no tiene temor alguno: “Siempre lo hemos expresado con convicción: México es un gran país con un pueblo digno y valeroso. Somos naciones en igualdad de circunstancias. No somos más, pero tampoco somos menos, y siempre pondremos, por encima de todo, el respeto a nuestro amado pueblo. No tengo miedo, porque hay un pueblo entero que nos respalda. Juntos saldremos siempre adelante, con temple, con cabeza fría”.

FOTO: MAGDALENA MONTIEL / CUARTOSCURO.COM
Combate al tráfico de fentanilo y de armas
Tras enunciar los argumentos que le ofreció al presidente Trump durante la llamada del jueves, sobre todo los que tienen que ver con las exitosas incautaciones de fentanilo en su lado de la frontera de octubre a febrero, Sheinbaum lanzó un mensaje transfronterizo. “Hoy quiero aprovechar para decirle al pueblo de Estados Unidos que no tenemos intención alguna de perjudicarlo y estamos resueltos a colaborar con su gobierno en todos los ámbitos, especialmente ante su preocupación acerca del grave consumo de drogas sintéticas. Por razones humanitarias, México seguirá colaborando para evitar que el fentanilo llegue a los jóvenes estadunidenses. No queremos que esa droga llegue a ningún lugar del mundo”.
Y también subrayó lo que, en ese enlace telefónico, México insistió en pedirle a EU: “En todo momento le hemos planteado a Estados Unidos que debe aplicarse para que dejen de llegar armas de alto poder a nuestro territorio. La estrategia para evitar el cruce drogas es parte de lo que hemos planteado para conseguir la paz y la seguridad aquí en México”. Y desglosó esa estrategia en cuatro puntos esenciales: “atención a las causas, más y mejor Guardia Nacional, inteligencia e investigación, así como coordinación entre el gabinete de seguridad y la Fiscalía General de la República”.
Cooperación histórica sin olvidar los agravios
“No olvidamos las invasiones de 1846 y 1914. Y el zarpazo que le dieron a la mitad de nuestro territorio, pero quiero resaltar hoy los buenos ejemplos de respeto a nuestra soberanía y de colaboración y apoyo entre Estados Unidos y México”.
Esa parte del discurso dominical de la jefa del Ejecutivo fue enfática y le sirvió para dar ejemplos de colaboración entre naciones, ahora que se logró la prórroga arancelaria.
Así, la presidenta citó buenas y malas etapas históricas entre vecinos: “Cuando Benito Juárez recibió una invaluable ayuda de Abraham Lincoln en su lucha contra la invasión francesa, o cuando Estados Unidos se negó a reconocer al segundo imperio de Maximiliano, asimismo el momento crucial de desconocimiento al usurpador Victoriano Huerta en 1913 o el respeto del presidente Roosevelt al general Lázaro Cárdenas”.
Por su parte, continuó, “México peleó a lado de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, no sólo con los pilotos del Escuadrón 201 sino también enviando al país vecino trabajadores llamados braceros, que contribuyeron a garantizar la producción de alimentos y materias primas. A mediados del siglo pasado, la tecnología y los bienes de capital procedentes de EU fueron clave para la industrialización de México, en el llamado desarrollo estabilizador. Desde entonces las empresas de EU encontraron aquí una atractiva zona de inversión y casi todas las grandes corporaciones establecieron filiales en México, como General Motors y Ford, que llevan más de 80 años en nuestro país”.
Recordatorio de próxima elección en México
Para reconocer la fortaleza de la economía nacional, la presidenta –acompañada por su gabinete, legisladores federales y la mayor parte de los gobernadores– desgranó la estrategia continua de su gobierno: fortalecimiento del mercado interno (que implica seguir aumentando el salario mínimo), ampliación de la autosuficiencia alimentaria y en el ámbito energético, la promoción de la inversión pública para crear empleos (inicia en este mes la construcción de trenes hacia Nuevo Laredo, asentó), así como la promoción de la producción nacional con base en el Plan México y el fortalecimiento de los los programas de bienestar.
Al final de su discurso, se dio tiempo para lanzar un recordatorio: “Tenemos una elección en puerta, la del Poder Judicial el próximo primero de junio”. Por primera vez en la historia, enfatizó Sheinbaum, México elegirá a jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Dicho esto, gritó vivas a México, se despidió con las manos alzadas, luego caminó hacia Palacio Nacional y entró en el recinto presidencial de la mano de su esposo Jesús. El sol del domingo aún estaba pegando sin piedad alguna.

Laura Lovera / El Sol de México 


