Sobredimensionar los debates electorales

12, mayo 2023

GERSON HERNÁNDEZ

¿Sobredimensionamos los efectos de los debates electorales?, ¿Beneficia o afecta debatir?, ¿Influye, o no, el desempeño de la o el moderador en un debate?, ¿Cambia la opinión de los electores la participación, o no, de un candidato?, ¿Una imagen dice más, que un discurso articulado? Estas son algunas de las preguntas en medio del ambiente electoral de nuestro país.

En las elecciones del Estado de México ha dado más nota periodística la participación de las moderadoras, y sus cambios, que las propuestas de las candidatas. Recientemente ha sido más noticioso saber ¿Quién es Ginarely Valencia?, responsable de conducir el próximo 18 de mayo el segundo y último debate; que las propuestas de las aspirantes mexiquenses. El buscador de Google documenta que hasta el 10 de mayo, a medio día, había más de 126 mil búsquedas con la intención de conocer más detalles de quién es la Directora General de Comunicación Universitaria de la UAEM

La historia de la Comunicación Política recuerda el 26 de septiembre de 1960, como la fecha donde se celebró el primer debate político televisado de la historia; y fue en los Estados Unidos cuando los candidatos presidenciales participaron: En un costado estaba Richard Nixon (Republicanos) y del otro (Demócratas). Se llevó a cabo en los estudios de la CBS en Chicago, y se registraron más de 60 millones de televidentes (casi la mitad de los mexicanJohn Kennedy os en la actualidad).

Los estudios en Comunicación Política indican que los sondeos de TV y radio no registraron al mismo ganador. Para quien lo escuchó triunfó el republicano; y Kennedy ganó para los televidentes. En México (2018) un debate contribuyó a que una periodista fuera conocida en el país cuando un aspirante propuso cortar la mano a corruptos. En la réplica: “¿Literalmente cortar la mano?”; el aspirante respondió que sí, que no era broma, la periodista finalizó: “¿Quién sería el primer manco?”

Otras anécdotas de los debates fueron en 1994, cuando por primera vez en nuestro país se celebró un debate de candidatos a la Presidencia y el color gris no solo se observó en la pantalla, sino en los discursos, ya que Cárdenas, Zedillo, y Fernández de Ceballos mostraron, durante 88 minutos, un lenguaje alejado a la vídeo política, donde lo que más se recuerda es el vestido color “verde turquesa” de la moderadora. Además, quedaron fuera: González Torres (PVEM); Emilio Madero, (UNO); Aguilar Talamantes, (El Ferrocarril); y Cecilia Soto (PT), segunda candidata a la Presidencia en la historia.  

Ya casi para terminar, en el próximo debate del Edo. Méx. ¿Cuántos electores de la lista nominal (12 millones 693 mil 054) podrían modificar su posición debido al desempeño de las candidatas? En la última elección para gobernador (2017), se registró una participación electoral del 53.7%, lo que prevé que en estos comicios voten 6 millones 800 mil. Las encuestas marcan una diferencia de 20% entre Morena y PRI; así que con margen de error y siendo conservadores, ojo en los datos, los guindas obtendrían cuatro millones contra dos millones 800 mil votos de los ex tricolores, ahora rosas.  

Pensar que un mal desempeño de la Delfina de Palacio significaría su derrota, es sobredimensionar sus efectos. Los debates son un factor más en una elección, donde se suman spots, operación en calle y muchas otras variables; y solo fortalecen las simpatías de los partidos, pero no pueden modificar posturas ideológicas. En otras palabras, un americanista jamás apoyaría al Guadalajara, y viceversa. 

Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco