SRE/SEP/SC: organismos internacionales en cultura

El secretario Juan Ramón de la Fuente no ha anunciado cómo viene la reestructuración de las tareas de la diplomacia cultural y turística,



La lista es larga. Ni los involucrados sabrán cuántos compromisos son. Los hay que cuestan: aportaciones anuales, representaciones, personal dedicado a esas tareas, viajes constantes, protocolos. Se asimilan otros en las secretarías de Estado, según el caso. La práctica diplomática internacional, entre vetusta, burocráticamente compleja amén de vital en la política exterior para interactuar con las naciones, hacen de los organismos internacionales un enjambre del que México ha hecho tradición de presencia.

Contamos con al menos 20 figuras jurídicas aplicables para hacer relaciones y cooperación, mismas que conviene recordar. Tratados, convenciones, convenios, foros, organismos, comités, mecanismos, conferencias, órganos, fondos, bancos, alianzas, grupos, paneles, cumbres, redes, secretarías generales, casas, centros e institutos. Resulta una tarea titánica la objetividad de los resultados de tan variados instrumentos. Pero así se las han gastado los países del planeta desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Como sabemos, la mayoría de la acción internacional se centra y coordina en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). En 2023 las cuotas a los organismos internacionales fueron de 1527 millones de pesos, de 9 mil 504 autorizados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF)*. Mientras que en 2024 la cancillería habrá ejercido 9 mil 994 mdp, lo advertido para el 2025 se perfila en 9 mil 294 mpd. En los asuntos de la cooperación cultural las secretarías de Educación Pública (SEP) y de Cultura (SC) tienen al lado de la SRE una variada agenda.

El secretario Juan Ramón de la Fuente no ha anunciado cómo viene la reestructuración de las tareas de la diplomacia cultural y turística, con sus variadas implicaciones, tampoco si hará ajustes en los frentes de los organismos y demás variantes que tiene en la lista. En las mismas andan Claudia Curiel y Mario Delgado. Lo cierto es que, tanto para cuotas como para programas, la austeridad se impone. Suponemos que para el senador Alejandro Murat será un punto por abordar en la comisión que preside.

Donde parecería que no hay mucho qué objetar, pendiente el nombramiento del Representante Permanente, es en la Unesco, con sede en París. En la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), con matriz en Ginebra, hay titular. Al ser estas entidades, como muchas más, parte de la ONU, se pagarán cuotas y se seguirán las dinámicas. Parecido sucederá con el Consejo de Europa. Complementariamente, la cancillería tiene pendiente revisar la concesión de la Casa de México en España al empresario Valentín Díez Morodo.

En la Secretaría de Educación Pública se lleva la participación en la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que tiene oficina en la Ciudad de México y cuya sede es España. Veremos si se hace cambio en el mando local, en manos de Patricia Aldana. Un cabo suelto desde hace tiempo es el papel de nuestro país en el Convenio Andrés Bello, que lleva Colombia. Desde que se solicitó la incorporación, en la gestión del secretario Reyes Tamez, la trama no termina de aclararse.

También en la SEP se lleva la Casa de México en París, un espacio emblemático que se remonta a las labores de Jaime Torres Bodet en los años 50. Es una residencia para estudiantes y goza de una leyenda no exenta de problemas. Aunque Paco Ignacio Taibo ejerza por la libre, sectorizado el FCE a la SEP, opera 9 empresas en distintas naciones.

Si bien escasamente figura en los temas de opinión pública, se forma parte del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc, en Colombia) y con la Secretaría General Iberoamericana (SGI, en España), instancias donde se entrevera la Secretaría de Cultura.

La cooperación cultural internacional, desde hace lustros, tiene muchos participantes desde la sociedad civil y otras formas de organización no sujetas al Estado. Estos quehaceres que son genuinamente diplomáticos se ven, por ejemplo, en el decisivo papel del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos).

Ojalá pronto nos enteremos del rumbo que tomarán estos mecanismos internacionales en los que México mide su presencia como accede a posibilidades de recibir y estimular el desarrollo cultural.