Eduardo ‘Sugar’ Núñez tenía 14 años de edad cuando imaginó que podía convertirse en boxeador. Así fue como llegó a entrenar con Pancho Valenzuela, por tan solo unas semanas, pues su familia lo llevó al Kochul Gym de Los Mochis, Sinaloa, donde Don Manuel Montiel comenzó a forjarlo como un letal aporreador. Fueron largos años de espera hasta que por fin el 28 de mayo pasado, pudo materializar el sueño de erigirse como campeón mundial.

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Nacido el 25 de julio de 1997 en Ahome, Sinaloa, José Eduardo Núñez Navarro celebró una hazaña al coronarse en la categoría superpluma de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) al vencer por decisión unánime al nipón Masanori Rikiishi en su propia casa, en Yokohama, Japón.

“Feliz, la verdad, siento que estoy en un momento muy bueno en mi carrera. He trabajado mucho tiempo. Pienso que apenas voy empezando. Se puede decir que pasé hambre y mucho dolor, pero fue una bonita experiencia la del 28 de mayo. Gracias a Dios se dio el resultado y vamos a seguir trabajando muy motivado. El recibimiento de la gente, cómo se porta la gente conmigo, la verdad que me encanta todo eso”, dijo en una reunión con el presidente del CMB Mauricio Sulaimán.

‘El Sugar’ había debutado como profesional 10 años atrás, el 2 de septiembre de 2015, cuando enfrentó a Brian Santillanes Camacho en Puerto Peñasco, Sonora. Desde entonces, su poderosa pegada y estilo agresivo lo llevaron a alcanzar un respetable récord de 28 victorias, 27 de ellas por nocaut, y una sola derrota. Pero fue hasta que venció al excampeón mundial Shavkat Rakhimov en febrero de 2024, que consiguió el derecho de disputar el título mundial superpluma de la FIB que ahora presume en la cintura tras su hito en Japón.

“Te tienes que aclimatar al horario, la comida, y sobre todo el sueño. Yo pienso que más que fue la mentalidad que siempre tenemos, creo que siempre, y considero que siempre tengo una mentalidad ganadora. Tengo un gran equipo que siempre está guiándome y desde un principio, desde que empezamos la preparación, siempre con mentalidad ganadora y el hambre que uno tiene”, dijo sobre cómo hizo para por fin ganar un título mundial.

“Yo llegué a Japón, la verdad que digamos, con 11 o 12 días de preparación. Y les comento que a mi equipo y a mi familia que dormía más en Japón, que en mi casa dormía siete horas, seis horas y media, hasta ocho. Y eso que no me afectó fue el cambio de horario. No tuve problemas para la adaptación“, añadió.

Su entrenador y mentor, Don Manuel Montiel, estuvo en la esquina junto con sus hijos en esa noche mágica en territorio japonés. Gracias a ese cobijo, fue que tuvo las fuerzas suficientes para poder salir vencedor. Pero ahora, quiere más.

“Pues sí, esa es mucha motivación. Es incluso mucho compromiso, seguir trabajando y mantenerme ahí. Gracias a Dios logramos ese paso. Ahora, siento que apenas voy empezando y sé que tengo un gran equipo y vamos a seguir trabajando. Sé que también, con el poder de Dios, un día voy a tener la oportunidad de disfrutar el título del Consejo Mundial con el Verde y Oro, que me encantaría, sería un honor para mí, es un sueño y tengo fe que un día se va a cumplir y vamos a estar listos cuando llegue la oportunidad, con el poder de Dios”, finalizó.