Tauromaquia en vilo en Ciudad Juárez: la última corrida bajo una nube jurídica

La suspensión judicial de la corrida en Ciudad Juárez expone el choque entre tradición taurina, legalidad y tensiones éticas que ponen en riesgo el cierre de temporada en la Plaza Alberto Balderas.



Foto: Cortesía

La pulsión del ruedo y el aliento de la afición se encuentran atrapados entre expedientes judiciales y tradiciones centenarias. En la frontera norte del país, la Plaza de Toros “Alberto Balderas” de Ciudad Juárez parecía encaminarse hacia el cierre triunfal de su temporada taurina, con un cartel atractivo que reproducía el éxito del año anterior. Sin embargo, una resolución de último momento sembró incertidumbre: el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito revocó la autorización de festejo y dictó la suspensión provisional de espectáculos taurinos en el coso, tras el amparo de la asociación Institución por la Educación y Defensa Animal.

TE PUEDE INTERESAR: Liga MX: los mejores memes que dejó el partido Pachuca vs Pumas del Play in

“Me encuentro consternado… Para nosotros, los taurinos, Ciudad Juárez es una plaza que ha luchado mucho contra este tipo de situaciones”, comentó el ganadero Roberto Viezcas, quien desde hace días había enviado los toros de Caparica que serían lidiados este domingo.

“La temporada pasada la empresa hizo un gran esfuerzo por sacar adelante los festejos, y este año lo mismo… Esta noticia es un balde de agua helada. Teníamos la ilusión de estar allí este domingo lidiando una corrida de Caparica… después del triunfo tan importante del año pasado. Creo que es momento de unirnos, de luchar hombro con hombro como taurinos. Ojalá la empresa pueda reprogramar la corrida si no puede ser este domingo. Lo importante es que se dé”, sentenció Viezcas.

La corrida afectada tenía como elemento central la ganadería Caparica —una presencia relevante para la afición local tras el éxito del ciclo pasado. El año anterior, aquel mismo cartel dejó 11 orejas y un rabo, lo que generó un fuerte respaldo del público. Ese antecedente, sumado a la expectativa juarense, convertía el festejo en un momento clave para cerrar la temporada con impacto simbólico y comercial.

Contexto histórico y cultural

En México, la actividad taurina llegó con los españoles durante la época colonial. Documentos señalan que ya en 1567 se celebraban corridas en la Nueva España. En los siglos XIX y XX, la fiesta brava se consolidó como parte del entramado festivo ligado a ganadería, ferias, reliquias religiosas y celebraciones populares.

En Ciudad Juárez, la Plaza “Alberto Balderasfue inaugurada el 5 de mayo de 1957, y desde entonces ha sido un escenario intermitente pero permanente de la tauromaquia. Esa tradición local se sostiene no sólo en el espectáculo, sino también en un entramado económico, social, turístico y simbólico.

Dimensión económica y social

La industria taurina en México presenta contrastes. Un estudio indica que en 2018 se lidiaron 6,516 animales en 2,340 festejos, con cerca de 4.9 millones de espectadores. Otra fuente estima alrededor de 20 mil empleos directos y una asistencia anual de 3.6 millones.

Por otro lado, una encuesta reciente revela que más del 70 % de los mexicanos está en contra de las corridas de toros, al considerarlas maltrato animal. Esto muestra que la tauromaquia habita una tensión entre tradición, economía, derecho y ética.

El conflicto legal: tradición vs. restricción

La suspensión en Ciudad Juárez representa un choque de mundos. La empresa EMSA sostiene que cuenta con autorizaciones válidas, defendiendo la corrida como parte de la tradición cultural y el patrimonio. En contraste, el amparo animalista y la decisión del tribunal muestran que la legalidad de los festejos está en constante revisión.

La revocación —poco antes del evento— genera dudas sobre la seguridad jurídica de la temporada taurina: ¿cómo planear o invertir si todo puede suspenderse a última hora?

Lo que está en riesgo

Afición: frustración y ruptura del ritual festivo.
Industria taurina local: riesgo de corridas inviables y cancelaciones.
Ganaderos: afectaciones en logística, rentabilidad y calendario.
Tradición cultural: impacto en el tejido social de una región fronteriza.

¿Qué sigue?

La empresa ya presentó alegatos para que se niegue la suspensión definitiva. El ganadero Viezcas espera que la corrida se reprograme la semana siguiente. Para la comunidad taurina, este cierre de temporada es una prueba definitiva: si se celebra, será una victoria simbólica; si no, puede significar un debilitamiento estructural de la fiesta brava en Ciudad Juárez.

La suspensión no es solo un retraso: refleja una tensión entre memorias, identidades, intereses económicos, derechos culturales y debates éticos. En la frontera entre lo local y lo global, entre lo tradicional y lo moderno, la situación de la Plaza Alberto Balderas funciona como un termómetro del futuro de la tauromaquia en México.

¿Será esta corrida un capítulo de resistencia taurina o el preludio de un cambio estructural para la fiesta brava en Ciudad Juárez?