Ya basta de polarizar.
Andrés Manuel López Obrador mantiene el discurso que le ha funcionado para su proyecto personal, a costa de lo que sea.
Dividir y enfrentar a los mexicanos es lo que menos le interesa.
Y todos sus leales, como los senadores de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que ayer se atrevieron hasta a calificar de Traición a la Patria no apoyar a su líder, a su guía y meta y quien los becó en el cargo, obedecen ciegamente.
¿Se imagina?
-Los que se oponen al presidente de México no son más que un puñado de mercenarios que al ver sus privilegios mancillados luchan con todo su poder económico para que prevalezca el viejo régimen, suscriben los legisladores, incluido Ricardo Monreal Ávila, su coordinador.
Olga Sánchez Cordero, Ricardo Monreal, Nestora Salgado, Susana Harp, Marta Lucía Micher, Napoleón Gómez Urrutia, César Cravioto, Alejandro Armenta, Higinio Martínez y Ernesto Pérez Astorga también suscriben son 58, incluidos los del inexistente Encuentro Social.
Qué pena.
¿No que eran distintos?
Porque aquí no está en juego Carlos Loret de Mola y los ataques que a diario le lanza López Obrador desde su conferencia, sea en Palacio Nacional o en otro lugar, como sucedió en Sonora la semana pasada.
Está en juego la libertad de expresión, que garantiza la Constitución Mexicana.
Y está en riesgo la incipiente democracia en México.
Todo por revelar el modo de vida de su hijo José Ramón López Beltrán, en Houston, Texas.
En la casa gris.
En la que rentó la señora que tiene dinero.
Bueno, y a la que contribuye su esposo, que trabaja, dice, en KEI Partners, empresa de los hijos de Daniel Chávez Morán, asesor honorario en el Tren Maya, dueño de Vidanta y donador para la farsa de rifa del avión presidencial… que cuesta y seguirá costando.
Suponiendo sin conceder, como dicen los abogados, que en el tema de las casas no hubiera conflicto de interés, con los Chávez no se puede negar.
Andrés Manuel dice que no, que no existe, porque Chávez no percibe dinero por su ayuda.
Y solloza.
Y se dice víctima del sistema, del PRI.
Y amaga de nuevo.
Dice ser un ciudadano.
Sí, lo es, pero es el presidente.
Protestan periodistas
La protesta de periodistas ayer en la Cámara de Diputados sorprendió a los soberbios morenistas.
Reporteros, camarógrafos y fotógrafos dieron la espalda a la tribuna.
Protestaron por la violencia y por el asesinato de periodistas.
Y por los constantes ataques desde Palacio.
Y en el Senado no se quedaron atrás.
Dejaron a los morenistas solos, hablándole al aire, igualmente.
¿Creen que México es suyo?
Lo único que mantendrá en el poder a Morena y su presunta cuarta transformación es el dinero que regala a todos.
Sí, a cambio de recortes obsesivos.
Vámonos: Martha, mamá, descansa. Ya estás con Alberto.
Te amo.
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