Tuve la oportunidad de tomarme unos días de vacaciones con mi esposa y decidimos viajar a Vancouver, Canadá, para zarpar en un crucero hacia Alaska, Estados Unidos.
Nunca había estado en ese país ni mucho menos en esa ciudad. Nos hospedamos, y como buenos turistas salimos a caminar rumbo al puerto. Debo decir que tengo la fortuna, por mi trabajo de consultor, de conocer casi todos los países de Centro y Sudamérica, así como por lo menos el 10% de los estados norteamericanos. En cada uno de ellos he tenido la misma sensación de inseguridad que en México, o por lo menos de la capital.
Cuando se come, se respira y se vive la inseguridad, se tiende a desarrollar ese sexto sentido que te avisa cuando un entorno no es seguro, y cuando se viaja, se acentúa aún más.
Pues resulta que, al caminar por sus calles en la noche, inclusive solitarias, con poca afluencia vehicular, llegamos al Canada Place Cruise Terminal, Port of Vancouver. Ahí, vimos más gente y movimiento social. Me llamó entonces la atención, y es lo que me lleva a escribir esta columna, la ausencia de policía, pero la afluencia de familias, parejas y personas felices; inexistencia de olores, ruidos y tragedias; espacios limpios, iluminados y hasta un par de músicos callejeros bien entonados y entusiasmados con la gente que los observa y les comparte un par de monedas. Observamos a la gente, aguantamos la mirada de algunos de ellos y su respuesta fue una sonrisa. Buscamos indigentes, perros callejeros, y no encontramos uno solo.
Para cerrar, de regreso al hotel, y subiendo por algunos andenes, nos sorprendió una pequeña plaza con jardines. Ahí, unas 50 personas con sus alimentos, mascotas y familias estaban viendo una película montada por un grupo de jóvenes cineastas.
¿Qué pasa en esa ciudad? ¿Por qué México no puede ser un país colmado de felicidad?
Investigué y esto es lo que encontré:
Vancouver es reconocida como una de las ciudades con mejor calidad de vida en el mundo. Está constituida por migrantes, en su mayoría chinos e indios.
¿No que la migración es mala? ¿Que trae delito, desintegración y conflictos?
Seguí investigando, pensando en que la felicidad de estos ciudadanos se debía a la ausencia de delincuencia convencional y, peor aún, a la organizada; pues resulta que tampoco: Vancouver cuenta con seis grupos delictivos de calado internacional, incluyendo, como séptimo, al Cártel de Sinaloa, todos ellos dedicados a tráficos ilegales, principalmente narcotráfico.
Entonces, ¿por qué no hay violencia? Tienen grupos criminales, migraciones y no se ve policía.
Seguí investigando y miren ustedes las razones:
- Hay una gran clase media producto de los ingresos generados y la educación alcanzada.
- Esto ha llevado a una baja desigualdad social.
- El multiculturalismo, producto de la migración, ha enriquecido al país y lo ha hecho incluyente, creando integración social y redes comunitarias.
- Lo anterior ha presionado al gobierno para crear políticas de inclusión social.
- El buen vivir de una clase media ha conformado entornos comunitarios mediante un diseño urbano seguro compuesto por tecnología, talento policial y procesos óptimos, basados en proximidad social.
¿Y la delincuencia organizada? ¿Sus seis grupos criminales? Muy sencillo: en el contexto en que se administra esta ciudad, no caben, están ocultos, difícilmente pueden convivir, presionar o extorsionar a millones de ciudadanos integrados y organizados.
Claro, sin mencionar que están siendo todo el tiempo acosados, perseguidos y procesados por los órganos de seguridad, procuración y administración de justicia.
¿Qué estamos haciendo mal en México para no llegar a estas condiciones deseables?




