PATRICIA RAMÍREZ
Foto: CUARTOSCURO
El hábito del tabaquismo produce efectos devastadores en la salud humana, pero no sólo por las sustancias nocivas que contiene, sino porque también puede hundir a las familias en la pobreza, debido a que el dinero que se podría invertir en productos y servicios básicos se desvía para comprar productos de tabaco, así sean de la peor calidad o “piratas”.
De acuerdo con la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020, en México existen 50 millones 208 mil 947 personas viviendo debajo de la línea de pobreza urbana. Cuando a su ingreso se le resta el gasto en tabaco, la cantidad de personas se incrementa en 167 mil 150.
Pero al considerar el segundo efecto, que son los gastos médicos atribuibles al tabaco, las personas bajo línea de pobreza se incrementan en 738 mil 617, lo que resulta en un efecto combinado total de 909 mil 132 personas que caen bajo la línea de pobreza extrema urbana a causa del consumo de tabaco.
Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria AC (CEIP) señala que el uso del tabaco sube la pobreza en alrededor de 909 mil personas, que no tienen ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas debido al gasto en tabaco.
Los parámetros establecidos por el Consejo Nacional para la Evaluación de las Políticas Públicas (Coneval), una persona con ingresos menores a 20 mil 567 pesos al año no alcanza a cubrir sus necesidades básicas y, por lo tanto, vive en pobreza.
A esto se suma que cuando un hogar destina parte de su ingreso a la compra de tabaco baja el ingreso disponible restante para satisfacer sus necesidades básicas, por lo que el gasto en tabaco influye en el ingreso disponible del hogar de manera directa.
En este contexto, el CEIP subrayó que las políticas públicas que reducen el consumo de tabaco no sólo tienen beneficios en la salud, sino que reducen la pobreza, contribuyendo a vidas más largas y productivas.
Esto, porque los impuestos reducen su consumo y generan beneficios económicos de largo plazo y los recursos adicionales derivados de mayores impuestos al tabaco podrían financiar políticas de control de tabaco y políticas para reducir la pobreza.
“Ante esta situación, políticas enfocadas en disminuir el consumo de tabaco y en disminuir la pobreza son necesarias, de lo contrario más hogares sufrirán el efecto empobrecedor derivado del consumo de tabaco, poniendo en riesgo su calidad de vida futura”, señala el estudio Desplazamiento de Gasto y Efecto Empobrecedor del Tabaco en México.
Detalló que el tabaquismo es un problema mundial que afecta a aproximadamente mil 300 millones de personas en el mundo.
En el caso de México, el gasto en tabaco reduce el gasto de bienes y servicios esenciales, como educación y salud e incrementa el consumo de bienes nocivos, como las bebidas alcohólicas.
Esto sucede en todos los niveles de ingreso, sin embargo, los efectos son más pronunciados en los hogares de ingreso bajo.
Cuando el gasto en tabaco se incrementa, por ejemplo, a raíz de los habituales aumentos de precios realizados por la industria tabacalera, este desplazamiento se exacerba.
A pesar de que las personas de ingresos más altos gastan una mayor cantidad que las personas de bajos ingresos en tabaco, cuando se mide como porcentaje de su ingreso total, las personas de ingresos más bajos gastan una mayor proporción en tabaco.
Esto tiene distintas implicaciones en la distribución del gasto del hogar, por un lado, deja en una posición vulnerable a los hogares de menores ingresos que no siempre se encuentran en condiciones de atender el costo de las enfermedades causadas por el consumo de tabaco; y por otro lado puede causar distorsiones en la asignación de otros gastos del hogar.