Una mezcla de problemas 

Es lo que está saliendo en el plano nacional e internacional en materia de seguridad para México.



A propósito de la comparecencia del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana en el Senado, se publican en medios algunas noticias que nos remontan a nuestras primeras participaciones en este prestigiado diario, como fue la que lleva el título No podría ser de otra manera, y es así. 

En un contexto de la historia contemporánea del país, llevamos 50 años de presencia de delincuencia organizada, 25 de ellos con una escalada de violencia sin límites, con un saldo de más de medio millón de muertos y cerca de 300 mil desaparecidos, ya “aparecidos” como víctimas de homicidio en su mayor parte. 

No podía ser de otra manera, ya que en 50 años se pensaba que acaso la mala contención o “administración” del crimen organizado podría permanecer inamovible; se ocultó, se minimizó o se simuló la importancia de estos grupos en la administración de los partidos más importantes en el poder, hasta que ha salido a la luz pública la realidad.

No podía ser de otra manera que en un México de corrupción, ineficiencia y, como resultado, inseguridad e impunidad, los cárteles no sólo aquilataran millones de dólares en las rutas de distribución de drogas prohibidas, sino inclusive se diversificaran y tomaran a los municipios del país bajo la figura penal de la extorsión, conocido como “derecho de piso”; sí, la obligación de los empresarios y ahora la ciudadanía de pedir permiso al crimen para poder seguir viviendo, respirando… así de caótico y fuerte.

No podría ser de otra manera que estos grupos, sumado al narcotráfico y la extorsión, llenaran aún más sus bolsas de millones de dólares para darse el lujo de organizar verdaderas empresas ilegales y también formales con buenos salarios, posiciones y recursos materiales de primer nivel. Basta observar las armas y el equipo incautado; los vehículos y los inmuebles utilizados; los escándalos públicos y privados en la empresa, política y sociedad mexicana, para saber que estamos ante delincuencia dorada mexicana. 

En este desastroso contexto, es lógico que ocupemos el tercer lugar en crimen organizado sobre 193 países, de acuerdo con el Índice de Crimen Organizado publicado por el Banco Mundial mediante el informe Crimen organizado y violencia en América Latina

En un país con delincuencia dorada, donde se ha sumado la participación empresarial, social y política dentro de una diversidad de actividades criminales, no podría ser de otra manera que este organismo indique que México es el país de la región con mayor participación en mercados ilícitos, 13 de 15, seguido por Brasil y Colombia. 

De acuerdo con el informe, hay cuatro elementos que caracterizan al crimen organizado: control territorial, gobernanza criminal, extorsión y captura del Estado, elementos todos alineados con este tipo de delincuencia dorada y que se presentan en nuestro país. 

En esta mezcla de problemas, las declaraciones desde Washington suman a la justificación del presidente estadounidense para presionar a México al asegurar, a través de Terry Cole, eventual jefe de la DEA (2019) del vecino país, que “México está controlado por los cárteles del narcotráfico”, agregando que, en la mayor parte de nuestro territorio, por lo menos hasta el año 2019, el Cártel Jalisco Nueva Generación controlaba 24 estados. Sin embargo, reportes de Animal Político señalan que la hegemonía del cártel ha ascendido a 27 entidades federativas, acaso cinco estados aún no intervenidos por ese grupo criminal. 

No podría ser de otra manera que el nominado director de la DEA asegurara la presencia de criminales chinos operando recursos de procedencia ilícita.

Bernardo Gomez del Campo 

Consultor en seguridad integral 

@BGomezdelCampo