AIDA RAMÍREZ
Foto: Reuters
No es nuevo que cantautores vendan sus canciones a firmas discográficas, pero ahora principalmente, en medio de la pandemia por Covid-19 que alcanzó a casi todo el mundo y con ello, se cancelaron presentaciones y conciertos, los principales compradores han sido los fondos de inversión.
Algunos de los artistas, al tener una edad avanzada, prefieren tener dinero y poder ajustar sus testamentos para no tener problemas entre los posibles herederos, mientras que otros piensan en no tener problemas tributarios.
En Estados Unidos y Europa, principalmente Inglaterra, este tipo de transacciones no son nuevas. La publicación en línea uppers.es, dio cuenta en mayo de 2021, que el grupo Red Hot Chili Peppers vendía su catálogo de canciones al fondo de inversión Hipgnosis Songs Fund por 140 millones de dólares, pero se tiene referencia que en 2006, Courtney Love, viuda de Kurt Cobain hizo una transacción por necesidades económicas.
Antes que la banda mencionada, también Shakira ya había anunciado la venta de su repertorio en enero a la misma compañía, y Neil Young hacía lo propio pero sólo con el 50% de sus derechos de autor; en diciembre de 2020, Bob Dylan anunció la venta de sus canciones, pero a la disquera Universal Publishing Music.
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En su momento, se señaló que la venta de la discografía de Dylan fue definida como “una de las adquisiciones más importantes en la historia de la música”, pues se habló de más de 600 canciones, y aunque no se informó de la cifra final de la adquisición, medios estadounidenses como The New York Times, estimaron 250 millones de euros.
“Ahora será Universal la encargada de recaudar los ingresos que se obtengan por sus temas”, dijo uppers.es.
Especialistas señalan que el principal objetivo de este tipo de transacciones es la liquidez, toda vez que desde antes de la pandemia, las ventas de discos empezaron a venir a menos con la aparición de plataformas digitales y prácticamente el streaming es lo de hoy, además de las redes sociales como TikTok, que al utilizar aunque sea una parte mínima de una canción, ya genera dividendos.
Ello, aunado a cambios en las reglas fiscales de algunos países grandes, explica Enrique Lara, presidente del Comité Técnico Nacional de Intermediación Financiera y Bursátil del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), a Ovaciones.
Por lo que ésta, estaba siendo la forma en que los artistas se aseguran una muy buena cantidad de dinero ante la incertidumbre de cuándo podrían reiniciar sus presentaciones.
En casos como los de Neil Young o Bob Dylan, se hablaba de que podría ser la edad el motivo para vender sus derechos, y un posible proceso sucesorio en donde sería más fácil establecer una herencia con dinero que con los derechos de autor.
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Casos también sonados son los de Blondie, Elton John, David Bowie, Madonna, Beyoncé, Imagine Dragons, Stevie Nicks, Bruce Springsteen y Justine Bieber.
En México no se tiene noticia de este tipo de transacciones, pero Enrique Lara comenta que, en primera instancia, varias personas deben conformar el citado fondo de inversión para aportar activos a gran escala con el objetivo de comprar el acervo de algún artista, que generarán rentabilidad a los socios, en donde “las operaciones pueden ser públicas o privadas, y cada país tiene sus reglas, aunque hay un entendimiento global del mecanismo”.
Explica que los agentes de los artistas, quienes manejan sus finanzas, “empiezan a ver la posibilidad por alguna situación particular, que puede ser desde que necesitan dinero para algún proyecto, quieren diversificar y no depender totalmente de sus regalías, que quieren formar un fideicomiso testamentario, y entonces monetizan.
“Y además también es un tema de impuestos. En Estados Unidos salieron unas reglas, donde estos derechos (de autor) iban a cambiar su estatus y la gente a partir de eso, los asesores financieros de los artistas empezaron a buscar alternativas. Surgen algunas personas que están en el negocio de compra de activos no tangibles como son los derechos de autor y se crean, yo diría que hay uno en particular que vale la pena comentar que es el Hipgnosis Songs Fund (enlistado como Sound.L), el más grande que cotiza en el mercado de valores de Londres, y podemos pensar que es el que más operaciones ha hecho en este negocio”, comenta.
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Tras lo anterior, precisa Lara, los agentes y fondos de inversión llevan a cabo la transacción de derechos de autor, que debe cumplir las reglas, características y responsabilidades que señala cada país; los derechos de autor pasan al fondo y se invita a socios para invertir en él, y adquieren sus acciones y “son dueños en una porción -de los derechos-, dependiendo la cantidad que compren”.
Puntualizó que Sound.L cotiza no sólo en el mercado de Londres, en donde la acción tiene un valor aproximado de 82 libras esterlinas.




