Venus Williams volvió a jugar un Grand Slam tras dos años de ausencia. Lo hizo a la edad de 45 y en medio de una cálida y nostálgica ovación en el Arthur Ashe Stadium. La leyenda del tenis completó su vigesimoquinta aparición en el US Open, donde ofreció una actuación llena de coraje y clase que emocionó al público presente. Pero cayó eliminada en primera ronda frente a Karolína Muchová.

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La décimo tercera mejor tenista del mundo se llevó la victoria ante la veterana jugadora por un marcador de 6-3, 2-6 y 6-1. Si bien la tenista de cuatro décadas y media demostró que su competitividad permanece intacta, al desafiar el paso del tiempo y las expectativas, se quedó corta en su intento por avanzar en el torneo neoyorquino.

El partido se transformó en un testimonio de su grandeza. Tras ceder el primer set, Williams resurgió con una fuerza reminiscente de sus mejores días. Dominó el segundo set con un contundente 6-2, con un tenis de potencia y precisión que dejó boquiabiertos a los aficionados y que plantó una dura batalla a una de las rivales más consistentes del circuito actual.

Durante ese set, la estadounidense exhibió destellos de la brillantez que la coronó campeona de este mismo torneo en los años 2000 y 2001. Aunque el esfuerzo físico resultó insuficiente para sostener el ritmo en la tercera manga, la ovación que recibió al abandonar la pista no fue de consuelo, sino de profundo agradecimiento y admiración.

El público, consciente de estar posiblemente en presencia del adiós de una ícono, la despidió con una clamorosa salva de aplausos que resonó mucho después de que ella abandonara el estadio.

Su participación este año, la primera desde 2023, estuvo marcada por un significado especial. Williams se convirtió en la tenista de mayor edad en competir en el US Open desde Renée Richards en 1981, un dato anecdótico que ella misma se encargó de pasar a segundo plano con su tenis y su intensidad competitiva.

El futuro de Venus Williams en el tenis profesional es una incógnita. Su última victoria en un grande data de 2019, y cada aparición se recibe como un regalo para el mundo del deporte. Pero si esta fue, en efecto, su última actuación en Nueva York, no podría haber tenido una despedida más digna, al luchar con el corazón de una campeona, bajo los focos de la cancha más grande del mundo.