AIDA RAMÍREZ

Foto: Cortesía CEDA

Con el fin de evitar e inhibir conductas que ponen en peligro a quienes visitan y trabajan en la Central de Abasto de la Ciudad de México (CEDA), la coordinadora general Marcela Villegas Silva adelantó que desde este mes de julio se llevan a cabo operativos de supervisión de forma permanente y constante.

Así, en la semana del 24 al 28 de julio, se practicaron visitas de verificación administrativas y como medida cautelar se impusieron sellos de suspensión de actividades en nueve locales en los cuales se vendía y permitía el consumo de bebidas alcohólicas.

En uno de ellos, incluso, se localizaron máquinas tragamonedas “las cuales, de acuerdo a la normatividad aplicable, están prohibidas”.

La responsable de la CEDA indicó que los operativos de supervisión tienen el objetivo de impedir que el libre tránsito de personas y mercancías se vea afectado por la obstrucción de pasillos, rampas y plataforma con mercancías; además de provocar aglomeraciones, que ponen en riesgo la movilidad y evacuación de personas en caso de algún siniestro.

Por ello, se indicó que la liberación de estos espacios está regulada por el artículo 36 del reglamento interno de la Central de Abasto.

Se observó que en el marco de las acciones para evitar e inhibir conductas que pudieran representar un peligro para quienes visitan y trabajan en la Central de Abasto de la Ciudad de México, la Coordinación General de la Central de Abasto a través de la Dirección Ejecutiva de Normatividad y en coordinación con él Área de Seguridad, Vialidad y Protección Civil del Fideicomiso para la Construcción y Operación de la Central de Abasto en el ámbito de sus respectivas competencias y/o funciones han realizado acciones tendientes a inhibir, restringir y prohibir actividades que pongan en peligro la seguridad, paz pública y protección civil.

Se indicó que el viernes pasado, Marcela Villegas llevó a cabo un recorrido para verificar que los comerciantes no obstruyeran con mercancías áreas comunes como pasillos de compradores y áreas de carga y descarga, lo cual impide el libre tránsito de personas y mercancías, además de provocar aglomeraciones que ponen en riesgo la movilidad y evacuación de personas en caso de algún siniestro.

De ahí que, con la finalidad de liberar dichos espacios, se apercibió a los participantes y/o comerciantes para retirar su mercancía de manera voluntaria.

Y ante la resistencia de algunos, de conformidad con la normatividad interna de la CEDA, se procedió con la liberación de espacios y retención de mercancías que se encontraban obstruyendo las áreas comunes antes citadas.

“Con estas acciones se busca mantener el orden y seguridad al interior del mercado mayorista más grande de América Latina”, aseveró la directora de la CEDA.