Max Verstappen podría asegurar este mismo fin de semana en Las Vegas un histórico tetracampeonato en el Campeonato Mundial de Pilotos de la Fórmula 1, mismo que lo pondría a la par de Sebastian Vettel. Pero en contraste, Red Bull Racing tiene escasas posibilidades de ganar el título de constructores con Checo Pérez como pieza clave para que el equipo de Milton Keynes pueda refrendar su corona.

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Y es que entre la debacle del mexicano y la inconsistencia de la escudería de las bebidas energéticas tras el verano, McLaren supo sacar provecho al máximo, hasta tomar por asalto el liderato con 36 puntos de ventaja sobre su más cercano perseguidor, que es Ferrari, a falta de solo tres carreras para el desenlace de la temporada 2024 de la máxima categoría del deporte motor.

Los de Maranello tienen 13 puntos de ventaja sobre el equipo de origen austriaco, que ocupa la tercera posición, y mira cada vez más lejana la posibilidad de conseguir un potencial séptimo cetro que lo colocaría a la par de Lotus, quien es quinto con más laureles de todos los tiempos. Mientras tanto, si el equipo de Woking, Reino Unido, no suelta su liderato, conquistaría su novena corona que lo colocaría en segundo lugar junto con Williams, solo detrás de los 16 de Ferrari.

En caso de que Oscar Piastri y Lando Norris continúen con su cuantiosa cosecha de puntos, podrían terminar con una sequía de 26 años sin que McLaren conquiste un Campeonato Mundial de Constructores en el Gran Circo, mientras que si Charles Leclerc y Carlos Sainz logran desplazarlos, el Cavallino Rampante terminaría con una racha de 16 años sin conseguir este prestigioso galardón.

Pero nada de esto parecía ser remotamente posible al principio de la temporada, cuando Red Bull partió como el gran favorito para obtener el título de constructores. Verstappen y Pérez habían ganado 21 de las 22 carreras de 2023, abordo de unos RB19 que eran mucho mejores que los de cualquier otro equipo. Y aunque esa ventaja se mantuvo en las primeras carreras del 2024, todo cambió.

Sin bien ‘Mad Max’ ganó cuatro de las primeras cinco competencias de la temporada, la victoria de Sainz en el Gran Premio de Australia llegó después de que el neerlandés se viera obligado a retirar el auto en las primeras vueltas debido a un incendio en los frenos. Y un indicio de que nada sería igual comenzó a asomarse por las ventanas de las oficinas de Milton Keynes.

Las mejoras de McLaren en Miami en mayo prepararon el terreno para un verano en el que el equipo de las bebidas energéticas se encontró en desventaja. Norris se llevó la victoria en el sur de Florida, aunque Verstappen ganó tres de las siguientes cuatro carreras. Pero desde entonces, los coches con motor Mercedes han tenido una racha positiva.

Los pilotos de McLaren y Mercedes ganaron cinco carreras consecutivas durante el verano y un total de siete de ocho posibles. A su vez, Ferrari consiguió tres triunfos —incluido uno de Sainz en el GP de la Ciudad de México— antes de que el de Hasselt, Bélgica, volviera finalmente a la senda de la victoria en Brasil el 3 de noviembre.

Si Verstappen gana su cuarto campeonato consecutivo pero Red Bull no logra una remontada milagrosa en las últimas tres carreras, la temporada 2024, ésta será apenas la tercera desde principios de siglo en la que el equipo del piloto campeón no gane el título de constructores. Y si Red Bull no puede superar ni a McLaren ni a Ferrari, el tercer puesto del equipo en la clasificación de constructores, sería el peor resultado para un equipo con el piloto campeón desde que Williams quedó cuarto en 1982.

Esta situación, perjudicaría directamente al mexicano de 34 años de edad, pues Verstappen ha cosechado 393 de los 544 puntos del equipo en lo que va de temporada, a cambio de 151 del jalisciense —lo que representa tan solo el 27% del total de unidades aportadas por Pérez al equipo—, y está anclado en el octavo puesto de la clasificación general, a 39 puntos del séptimo puesto.

Checo presume la menor cantidad de puntos para cualquier piloto entre los cuatro equipos punteros y a pesar de haber conseguido tres segundos puestos y un tercero en las cinco primeras carreras del año, no ha subido al podio desde entonces y ha acabado cinco veces fuera de los puntos en las últimas 16 carreras. De esta manera, el año de Red Bull parece estar en manos del tapatío, pero el mayor problema no será solamente su conducción, sino el auto que le preparen sus ingenieros, mismo que ha dejado mucho que desear a lo largo del año.