(EFE)
El Real Madrid se somete a un examen sin Zinedine Zidane, contagiado por coronavirus en su domicilio, y ya sin red para más errores tras caer eliminado de dos competiciones y ver como se le ha complicado La Liga Española, visitando a un Deportivo Alavés que celebra su centenario.
El inicio de 2021 no ha podido dejar peores noticias para el Real Madrid. Extendiendo la irregularidad con la que cerró el año, se despidió en seis días de dos de las cuatro competiciones a las que optaba. Eliminado en semifinales de la Supercopa de España por el Athletic Club y de la Copa del Rey, en un capítulo negro para su historia, por el Alcoyano de Segunda B.
La situación en Liga tampoco invita al optimismo. No solo por su irregularidad, una sola victoria en las tres últimas jornadas -5 puntos de 9 posibles-, si no por la firmeza del líder, un Atlético de Madrid con siete puntos de ventaja que pueden ser diez si vence un partido aplazado por jugar.
En este escenario y tras no tener noticias de la directiva tras dudar públicamente de su continuidad con el descalabro copero, llegaba Zidane a la cita hasta que un test dio positivo. El técnico francés dirigirá a la distancia y será el francés David Bettoni quien tomará el mando en un momento crítico. Las malas noticias no llegan solas y a la cita no llegan a tiempo Sergio Ramos ni Dani Carvajal en defensa, Nacho Fernández sigue confinado en su domicilio y el uruguayo Fede Valverde es la última baja por una lesión muscular.
Mientras el noruego Martin Odegaard prepara las maletas para una nueva cesión, el brasileño Rodrygo Goes completa el amplio parte de bajas. Pero no hay excusas para el Real Madrid, obligado a una reacción inmediata, a ganar al Alavés y cambiar el rumbo de una mala temporada. Y para ello la exigencia sobre el belga Eden Hazard aumenta, sin mostrar su nivel pese a ir ganando rodaje tras su última lesión. Instalado en la intrascendencia.
Salvo el brasileño Casemiro y Lucas Vázquez, gran parte del bloque titular tuvo descanso o jugó pocos minutos en la debacle copera. Todo apunta a que será Lucas Vázquez el que retrase su posición para cubrir el lateral derecho y el brasileño Militao el que tendrá una oportunidad en el centro de la defensa. No juega en Liga desde el 31 de octubre y tras reaparecer en Copa tendrá continuidad para reivindicarse.
Los vitorianos no llegan deportivamente bien a este momento, aunque la conmemoración del centenario les puede impulsar a mejorar en un encuentro en el que necesitan puntuar para mantenerse por encima de los puestos de descenso.
Será el tercer partido de Abelardo Fernández, que todavía no conoce nada que no sea la derrota en su segunda etapa en el banquillo vitoriano, tras caer en Copa del Rey ante el Almería y en Liga contra el Sevilla, pero con una puesta en escena en la que se comenzó a ver parte del sello del entrenador asturiano.
Lucas Pérez es la única duda por unas molestias en el tobillo y Rodrigo Ely es baja por una lesión de larga duración, que deja la defensa albiazul algo tocada. El canterano Stephane Keller podría estar de nuevo en la convocatoria. El “Pitu” va dando forma a un equipo que venció en Valdebebas en el partido de ida por 1-2, pero que arrastra tres derrotas seguidas en la competición liguera por primera vez en la temporada.
El canterano blanco Fernando Pacheco será uno de los fijos en la alineación y se convertirá en este encuentro en el jugador con más partidos en Primera División en la historia del club albiazul, precisamente ante el equipo donde se formó. Le acompañarán seguramente Ximo Navarro y Rubén Duarte en los laterales, además de Florian Lejeune y Víctor Laguardia en el centro de una defensa que no deja la portería a cero desde la duodécima jornada cuando empataron a cero ante la Real Sociedad.