Las vallas instaladas en el Zócalo capitalino responden a un protocolo de prevención ante la posibilidad de que grupos violentos se infiltren en las marchas programadas para los próximos días, informó la presidenta Claudia Sheinbaum.

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Detalló que la información recibida por el Gabinete de Seguridad advertía sobre la intención de algunos contingentes de bloquear los accesos a Palacio Nacional, como ocurrió en protestas anteriores donde hubo reporteros agredidos y policías lesionadas con artefactos incendiarios.

Sheinbaum sostuvo que la prioridad es resguardar la vida de las personas, tanto de manifestantes como de cuerpos de seguridad, así como proteger un edificio histórico y símbolo nacional.

Aclaró que las vallas no representan una medida de represión, sino un mecanismo de contención preventiva frente a los denominados “bloques negros”, los cuales —dijo— no forman parte de las protestas legítimas y suelen aprovecharlas para generar destrozos o agredir a uniformados.

Mencionó que, en años anteriores, durante movilizaciones supuestamente feministas, un reducido grupo utilizó fuego y líquidos inflamables contra policías, lo que dejó a dos mujeres gravemente afectadas.

“Es mejor colocar una valla que arriesgar la vida de alguien”, afirmó.

Sobre las protestas magisteriales, Sheinbaum precisó que el diálogo con la CNTE se mantiene abierto, especialmente con la Sección 22 de Oaxaca, con quienes la Secretaría de Gobernación y el titular de Educación Pública mantienen comunicación permanente.

La mandataria destacó que las puertas del diálogo permanecen abiertas y que el gobierno ha cumplido con los compromisos educativos y sociales asumidos con el magisterio.

Sin embargo, advirtió que en esta ocasión se detectaron llamados a la movilización provenientes de actores no identificados y con intereses ajenos al movimiento docente.

“Parecen muy radicales, pero se juntan con la derecha”, dijo.

Sobre la marcha denominada de la Generación Z, Sheinbaum sostuvo que el derecho de los jóvenes a manifestarse está garantizado, pero advirtió que la convocatoria fue aprovechada por adultos y grupos de oposición que buscan capitalizarla políticamente.

Afirmó que el gobierno respetará las expresiones pacíficas, pero llamó a identificar quiénes son los verdaderos convocantes.

La presidenta insistió en que el gobierno federal garantiza la libertad de expresión, reunión y manifestación, siempre que se ejerzan sin violencia.

“Vivimos en un país libre y nadie está en contra de las manifestaciones”, expresó.

Concluyó que las vallas permanecerán el tiempo necesario para prevenir enfrentamientos y proteger tanto a los manifestantes como a la policía y al patrimonio nacional.